La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, afirmó que el alza de los precios dejará una huella y que la inflación no volverá a los niveles bajos previos a la pandemia y la guerra en Ucrania.

“Estamos cada vez más convencidos de que la dinámica de la inflación a mediano plazo no volverá al patrón que vimos antes de la pandemia”, cuando el indicador se mantuvo permanentemente por debajo de 2%, el objetivo del BCE, dijo Lagarde en una conferencia en Fráncfort.

La institución monetaria elevó su previsión de inflación para el 2022 hasta 5.1 por ciento.

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El alza de precios alcanzó un récord de 5.9% anual en febrero en la zona euro, impulsada por la energía y los problemas en las cadenas de suministro.

Pero “el impacto al alza podría durar algún tiempo”, advirtió la exministra francesa de finanzas, y puede afectar a bienes cuyos precios varían con menos frecuencia que los de energía.

Actualmente, el BCE estima que la inflación caiga a 2.1% en el 2023 y a 1.9% en el 2024.

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Por su parte la previsión de crecimiento de la zona euro fue revisada a la baja hasta 3.7% para este año, debido al impacto del conflicto armado en Ucrania.

Respecto a un aumento en las tasas de interés, Lagarde dijo que “no tienen prisa” por lo que cualquier movimiento será gradual y sólo se producirá en “algún momento” después de que finalice su programa de compra de bonos, previsto ahora para el tercer trimestre.

“Esto mantiene nuestra lógica de secuencia tradicional, pero también nos da un espacio extra, si es necesario, después de que dejemos de comprar bonos y antes de que demos el siguiente paso hacia la normalización”, mencionó.

El banco central ha dicho que se necesita que la inflación, incluidas las medidas básicas que excluyen los componentes volátiles como los precios de la energía y los alimentos, se estabilice en al menos 2% antes de subir las tasas.

Lagarde añadió que el organismo puede idear nuevas herramientas para garantizar que la política monetaria llegue a todos los rincones de la zona euro.

El BCE ha creado una serie de instrumentos de política monetaria que contribuyeron a reducir el diferencial entre los costos de financiamiento de Alemania y de países endeudados como Italia y Grecia.

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