El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) aseguró que la contratación de 500 médicos cubanos por parte del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, fue oscura, política y poco ética en momentos donde el sector salud enfrenta una serie de problemas.
“Hoy parecen sumarse nuevos problemas con los embates oficiales a la profesión médica y a la UNAM: En vez de hacer un diagnóstico de por qué la situación laboral de la profesión (aparentemente) tiene problemas y tomar las acciones conducentes para resolverlos, como una estrategia permanente, el gobierno opta por contratar médicos cubanos con el gobierno de ese país”, reprochó el organismo dedicado a elaborar análisis e investigación de la coyuntura económica.
Según el órgano asesor en materia económica del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y de empresas de primer nivel en México, las pertinencia y circunstancias de dicha contratación “son por demás oscuras y generan todo tipo de cuestionamientos”.
El gobierno de López Obrador utiliza la provisión de salud en México, incluyendo las vacunas contra el Covid-19, “con fines políticos, puede ser eficaz, pero no es ético”, expresa el centro de investigación a cargo de Carlos Hurtado López.
La obligación del gobierno, por la cual pagan los contribuyentes, es la oferta de cobertura y servicios de salud de forma eficiente a la población, especialmente a los grupos más vulnerables, y a toda la población en general, expresa.
El pasado 9 de mayo, López Obrador informó de la contratación de 500 médicos especialistas de Cuba para cubrir vacantes en sitios donde doctores mexicanos no han querido ir; además, notificó un acuerdo para la compra de la vacuna cubana contra Covid-19, Abdala, para aplicarla a niños del país.
“La gestión del sector salud ha sido muy deficiente. Ello, en los peores momentos, en medio de la pandemia de Covid-19. Todo apunta a que desde el principio no hubo suficiente seriedad al problema y que el daño ha sido mayor al necesario”, manifestó el CEESP.
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El centro de investigación dependiente del CCE también consideró que en medio de la crisis por la pandemia se tomaron decisiones en el sector salud de manera improvisada.
“Se intentó concentrar la compra de medicinas en general en la Secretaría de Hacienda, que no tenía ni tiene habilidades especiales en adquisiciones en general y ninguna en compras y distribución de medicamentos”, manifestó el organismo encargado de revisar el comportamiento de la economía mexicana.
Comentó que todo eso no funcionó y los intentos posteriores —por medio de una agencia de la ONU o del Ejército— fracasaron. El resultado ha sido una fuerte escasez de medicinas en el país para el tratamiento de enfermedades graves, como el cáncer infantil, aseguró.
“Al sustituir el Seguro Popular por el incipiente Instituto Nacional para el Bienestar (Insabi), se echó a andar un nuevo sistema de salud de manera precipitada, que resultó deficiente y dejó a millones sin servicios de salud y el gasto de las familias en salud se incrementó fuertemente”, apuntó.
La Encuesta de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) reportó un aumento de 40.5% en el gasto en salud de los hogares entre 2018 y 2020, y el Consejo Nacional de Evaluación (Coneval) señaló que 15.6 millones de personas dejaron de tener acceso a la salud en el mismo periodo.
“Probablemente relacionada es la propagación de las clínicas de las farmacias que hoy día emplean a una buena parte de los médicos en el margen y posiblemente en mejores condiciones que las instituciones públicas”, destacó el CEESP.