Los líderes de la Unión Europea alcanzaron hoy, luego de un encendido debate, un acuerdo para aplicar el sexto paquete de sanciones a Rusia, que incluye el embargo a las importaciones de petróleo ruso, medida que enfrentó la severa resistencia de algunos países por el impacto sobre sus economías.
El acuerdo, afirmó el presidente del Consejo de la UE, Charles Michel, permite un embargo de “más de los dos tercios de las importaciones de petróleo de Rusia, eliminando así un gran recurso con el cual Moscú financia su maquinaria de guerra. Máxima presión a Rusia para que ponga fin a la guerra”.
Los líderes europeos, subrayó Michel, “seguirán ayudando a Ucrania con sus necesidades inmediatas de liquidez, junto al G7, y están listos para conceder a Ucrania nueve mil millones de euros”, lo que muestra el apoyo “fuerte y concreto” de la UE a Kiev.
El paquete de medidas agregó, también prevé la exclusión del sistema swift del Sberbank, el principal banco ruso, así como sanciones contra tres emisoras estatales y personas responsables de crímenes de guerra.
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La principal resistencia al embargo petrolero a Rusia la lideró el premier húngaro, Viktor Orban, de buena relación con Vladimir Putin, pero también la República Checa pedía garantías ante el riesgo de un duro impacto de la medida sobre su economía.
Con el acuerdo alcanzado, que prevé el bloqueo a las importaciones por mar, pero no a las que llegan a Hungría, Eslovaquia y República Checa por el oleoducto Druzbha, la UE eliminaría cuando entre en vigor la medida el 90 por ciento de sus importaciones de crudo de Moscú.
Según fuentes diplomáticas, los líderes de la UE acordaron insertar en el texto de las conclusiones un párrafo que prevé la adopción de “medidas de emergencia” en caso de una interrupción de las provisiones de crudo de parte de Rusia.
Las difíciles negociaciones se desarrollaron bajo la invocación del presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, que a través de una videoconferencia pidió a los líderes europeos “no dividirse” y aprobar “rápidamente” las sanciones
Los cuestionamientos del primer ministro húngaro, Viktor Orban, parecían superados con un acuerdo de compromiso por el cual el embargo afectaría a las compras de petróleo ruso que llegan por mar y no a las que lo hacen por oleoducto, como las que reciben Hungría, República Checa y Eslovaquia.
Sin embargo, fuentes europeas adelantaron que Orban, que había calificado la excepción del embargo de las importaciones por gasoducto “una buena idea”, pedía también que se le permitiera a su país adquirir crudo ruso en caso de “incidentes” en el oleoducto Druzbha, por el cual lo recibe de Moscú.
Orban fue muy crítico sobre las negociaciones. “Si nos encontramos en esta situación difícil, es porque la
Comisión actuó de forma irresponsable”, afirmó.
Por su parte, también República Checa pidió garantías escritas sobre la seguridad energética del país, que sean incluidas en el texto de la Comisión sobre el paquete de sanciones. “Praga “no quiere bloquear el acuerdo, que apoya políticamente, pero quiere garantías sobre el hecho de que las cuestiones técnicas ligadas al embargo sean abordadas”.
El Consejo extraordinario fue convocado por el titular, Charles Michel, que aseguró al abrirlo que “hoy es el momento de cerrar” el acuerdo para al sexto paquete de sanciones contra Moscú por la invasión a Ucrania.