Muchas veces los niños pueden llegar a ser verdaderamente crueles con los demás niños y suelen descargar su ira sobre ellos. Siempre que estés cerca podrás intervenir y evitar que tu hijo se convierta en víctima de un niño acosador, sin embargo, cuando no estés allí para ayudarlo, será tu hijo quien tiene que saber defenderse de la agresión por su propia cuenta.    

Es por esta razón que resulta muy importante que le enseñes cómo debe hacerlo y le ayudes a conocer algunas estrategias para manejar los conflictos de un modo que jamás se convierta en víctima del bullying.

5 claves para que el niño pueda hacer frente a las agresiones

1. Enséñale cómo practicar el autocontrol

La fundación “Save the Children” realizó una investigación que halló que alrededor del 13 % de los niños que suelen molestar a los demás, quieren hacer llorar al otro niño, que se enoje o pierda el control. 

Esta es una estrategia muy común por parte de los acosadores, puesto que así se envalentonan y creen ser más poderosos. Desde luego, parecer vulnerable y acceder a sus provocaciones no hace más que empeorar el problema.

Por esta razón resulta muy importante que tu hijo aprenda a mantener el control frente a las provocaciones de los demás, si logras enseñarle esto es posible que el acosador deje de interesarle molestarlo y pierda el interés. Algunas maneras de mantener el control son tan sencillas como respirar profunda y lentamente o también contar hasta 10 antes de reaccionar.

2. Entrena cómo manejar su lenguaje corporal

El lenguaje corporal sirve para enfatizar lo que se dice pero también de dejar en claro un mensaje directo sin necesidad de expresarlo con palabras.   

Esta es una herramienta muy sencilla, pero a la vez efectiva cuando se presentan casos de bullying, en estas circunstancias el acosador rara vez escucha explicaciones o súplicas de su víctima, sin embargo, notará de inmediato las emociones del otro pequeño mediante su lenguaje extra-verbal.

Desde luego, no es sencillo para un niño poder controlar su lenguaje corporal, en especial durante un momento de gran tensión.

Es por esto que debes enseñarle estrategias simples como siempre mantener el contacto visual, manejar su tono de su voz para que sea tranquilo y siempre intentar mantener distancia del acosador, como también tener una postura erguida que muestre valentía.

3. Enséñale a evitar las provocaciones

Los acosadores por lo general usan las provocaciones para molestar y agredir a los más pequeños y débiles. Aun así,  si el niño puede evadir las provocaciones de manera asertiva es posible que logre evitar una agresión. 

Para conseguirlo es fundamental que entienda que desestimar las provocaciones no es una actitud cobarde, sino que muy por el contrario es una estrategia para enfrentar un problema que no se puede solucionar directamente sin agravarlo. 

Además, puedes enseñarle algunas estrategias de prevención como serían responderle al agresor como si su ofensa no tuviera importancia, dar la espalda e irse sin responder a sus insultos o tan solo ignorarlo sin más.   

4. Enséñale cómo buscar la mejor solución

Toda situación conflictiva es distinta y se podrá solucionar de una forma diferente, y las estrategias que pueden funcionar en unos casos, pueden perjudicar en otros. Así que no basta con que tu hijo conozca algunas estrategias para enfrentar los conflictos, además tiene que saber elegir la mejor en cada situación.    

Un modo simple de enseñarle a buscar la mejor solución es con los juegos de roles, así podrás representar el papel de agresor y ejemplificar diferentes situaciones de modo que el niño pueda practicar sus reacciones. 

Además, puedes usar cuentos para ejercitar los distintos escenarios de conflictos y convertir la lectura en tu aliada para reflexionar con tu hijo y preguntarle qué haría en una situación similar.

5. Enséñale a pedir ayuda

No importa cuánto prepares a tu hijo para enfrentar una agresión, es posible que cuando deba enfrentarla, de todos modos se sienta inseguro y débil. En esos casos tiene que saber que cuenta con tu apoyo, y también el de sus amigos o maestros, porque eso le hará sentirse más confiado.

Así que siempre es una buena estrategia para ayudar a tu hijo a poder enfrentarse a una agresión el recordarle que puede pedir ayuda si no está lo suficientemente seguro como para hacer frente al agresor él solo. 

Tiene que saber que pedir ayuda no significa ser débil, sino que es una fortaleza, porque sabe reconocer sus límites y buscar ayuda de los demás para resolver problemas que no puede solucionar solo.

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