La economía mexicana moderó su crecimiento en el segundo trimestre y apunta a una pérdida de dinamismo en la segunda mitad del año, que se extendería hasta 2023, en un contexto de desaceleración económica mundial, una mayor inflación y alzas de tasas de interés.
El consenso de analistas consultados por el Banco de México (Banxico) avizora un crecimiento anual de 1.1 por ciento en el segundo cuarto, por debajo del 1.8 por ciento reportado en el primer trimestre.
En la variación trimestral, en las cifras ajustadas por estacionalidad, el Producto Interno Bruto (PIB) del país avanzó 1.0 por ciento entre enero y marzo, y los economistas prevén un crecimiento de 0.4 por ciento para el segundo trimestre, 0.36 por ciento en el tercero y 0.39 por ciento en el cuarto.
Luis Adrián Muñiz, subdirector de análisis económico de Vector, estimó que el Producto Interno Bruto (PIB) presentará un incremento de 1.4 por ciento anual en el segundo trimestre del año.
Destacó que el impulso de la economía se debe a la relativa fortaleza del sector industrial. “Este sector creció más de lo esperado, con las actividades mineras mejorando así como las manufactureras, con un segmento automotriz con una relativa mejoría”.
Alejandro Saldaña, economista en jefe de Grupo Financiero Bx+, prevé que el PIB registrará un incremento de 1.2 por ciento a tasa anual para el segundo trimestre del año.
Coincidió que el alza en la actividad económica se debe a un “buen dinamismo en la actividad industrial, pero sobre todo en las manufacturas automotrices”.
Gabriela Siller, directora de análisis económico en Banco Base, prevé un alza del PIB de 0.50 por ciento en su comparación trimestral y de 0.70 por ciento anual de abril a junio.
“La economía venía creciendo impulsada por las exportaciones, pero los datos de junio en Estados Unidos y de México, en específico del sector no manufacturero, ya se ubicaron en área de contracción. Debido a lo anterior, se proyecta un mayor estancamiento y muchos riesgos hacia delante, principalmente la inflación, así la economía mexicana podría ubicarse en un periodo de estanflación”, dijo.
Un reporte reciente de Citibanamex señala que los indicadores disponibles para mayo y junio apuntan, en general, a una desaceleración de la actividad respecto a lo observado a abril. “De esta manera, estimamos un crecimiento trimestral de 0.4 por ciento para el PIB del segundo trimestre”, apuntaron.
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Segunda mitad será más difícil
Muñiz consideró que la economía presentará en el segundo semestre una tendencia a la baja, ya que existen varios riesgos que se van a materializar, principalmente, en el tema de la desaceleración global y la política monetaria externa, que se está haciendo restrictiva.
Explicó que por el lado interno, el Banco de México ha incrementado la tasa de referencia, restringiendo su política monetaria y en un horizonte con más alzas en la segunda mitad de este año se comenzará a desacelerar el PIB.
Alejandro Saldaña, espera que en el segundo semestre se presente una desaceleración con tasas posiblemente de medio punto porcentual, “sobre todo por el efecto de la inflación y el incremento en las tasas de interés, posiblemente una moderación en la producción industrial a nivel local y en Estados Unidos, y por un menor consumo”.
Para Siller, en los últimos meses del año la economía perderá fuerza, ante “la situación de alta inseguridad que afectará la inversión extranjera directa, además la falta de inversión será uno de los principales riesgos para el crecimiento de largo plazo, si no hay inversión física no habrá desarrollo”.
Analistas de Citibanamex indicaron en un reporte que para la segunda mitad de 2022 y 2023 se estima un crecimiento moderado de la economía estadounidense, por lo que anticipan que las exportaciones de México registren una menor expansión que en el primer semestre, de tal manera que acumularían un crecimiento real anual de 7.8 por ciento en 2022 y de 5.2 en 2023.