Las investigadoras chilenas Priscilla Brebi y Daniela León, de la Universidad de La Frontera (UFRO) de Temuco, desarrollaron una crema fotosensibilizadora en base al té verde que daña las células cancerígenas y hace posible tratar y sanar el cáncer de piel no melanoma.

Las científicas (ambas PhD en Ciencias mención Biología Celular y Molecular Aplicada) estudiaron in vitro desde 2017 los mecanismos de resistencia a terapias fotodinámicas en cáncer de piel no melanoma, es decir aquellas terapias que emplean medicamentos que se activan con la luz.

A partir de esta nueva solución científica es posible tratar y sanar el cáncer a la piel sin necesidad de cirugías, como principalmente ocurre en la actualidad. Así, el producto elaborado es menos invasivo para el paciente y a su vez mejora la tasa de recurrencia de la enfermedad, ya que las pruebas mostraron que existe una disminución de las lesiones cancerígenas observadas en la piel.

Lo anterior permitiría reducir la posibilidad de que regrese el cáncer. Adicionalmente, el estudio demostró que, al exponer estas células cancerígenas al compuesto en investigación, el 100% de ellas moría a las 24 horas de exposición.

Además, como tiene un compuesto derivado del té verde, contiene adicionalmente propiedades tanto antioxidantes como prooxidantes.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada 10 chilenos tendrá durante su vida algún tipo de cáncer a la piel. Es decir, una población de unas 20.000 personas al año. A su vez, el de tipo no melanoma, y sus lesiones precursoras, son el cáncer más frecuente a nivel mundial y se producen en áreas de la piel expuestas al sol como, por ejemplo, el rostro.

Priscilla Brebi contó que “en el laboratorio trabajamos con distintos productos naturales y entre ellos decidimos probar uno (té verde) para otro proyecto -de vesícula biliar- y lo estábamos nanoencapsulando y así llegamos a este hallazgo en laboratorio. No fue que estuviésemos en una búsqueda previa de otros compuestos”.

Subrayó que “los té verdes siempre van a ser beneficiosos para la salud porque contienen antioxidantes”.

Ante una consulta, aclaró que “no es lo mismo tomar té verde que colocarse una crema, porque en esta última hay una concentración muy alta” del compuesto con el cual ellas están trabajando y que, por razones de patente, no pueden revelar.

Brebi señaló que tienen financiada la primera parte de la investigación, pero ahora necesitan cubrir la segunda parte, que es reclutar pacientes, “y eso tiene un alto costo si bien la crema la estamos poniendo al menor precio”.

Un tubo de crema cuesta unos 105 dólares y estiman que podrían reducirlo en un 50% por lo que sería “altamente competitivo”.

La investigadora resumió que “lo que estamos proponiendo es no llegar a pabellón, sino que ir a una clínica dermatólogica, aplicar una crema, se coloca un parche, se esperan cuatro horas, se saca el parche y se coloca la luz y el tumor se va a desaparecer”.

Añadió que cremas con fotosensibilizador “existen en el mercado y lo que nosotros proponemos es una mejora con el té verde, y esta mejora lo que hace que las células no se resistan al tratamiento. Lo que se traduce en que no haya recurrencia en el cáncer”.

Las investigadoras cuentan que ya se han sumado como socios comerciales el Laboratorio Avellina, Dermaclínica y Clínica Orlandi.

El desarrollo a nivel experimental ya tiene todas las solicitudes de patentes en proceso y por el momento está protegido por patente de invención vía PCT. 

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