Xalapa, Ver. – Durante la oración y eucaristía por el Primer Aniversario Luctuoso de monseñor Hipólito Reyes Larios, el arzobispo de Xalapa, Jorge Carlos Patrón Wong, afirmó que las personas que entregan su vida, nunca mueren porque permanecen vivos en las actitudes y las palabras de los sucesores, su gran familia de sangre y católica.
En su mensaje pidió a los feligreses recordar en su corazón, silencio y oración, cómo monseñor tocó e intervino en sus vidas.
“Y simplemente le demos gracias a Dios, gracias Jesús, por darnos un hermano, un amigo, un padre, un obispo que en su vida hizo presencia de ti en muchas circunstancias de nuestra existencia. También uno descubre que las personas que entregan su vida, nunca mueren, porque permanecen vivos en las actitudes, palabras de los sucesores, y no hablo únicamente de la familia de sangre sino de esa gran familia que cada sacerdote y obispo tiene el ciento por uno”.
En la homilía de este domingo, expresó que en el novenario que realiza la Arquidiócesis de Xalapa ora y recuerda con gratitud al IV arzobispo de Xalapa.
“Aquí en Catedral se encuentran sus hermanos, hermanas, sobrinas y sobrinos y hasta sobrinos y sobrinas nietos, estuvimos ahí junto a la tumba donde también está San Rafael Guízar y Valencia, nuestro cardenal Sergio Obeso y hubo una oración inicial y un silencio final, la oración inicial describe muy bien lo que fue monseñor Hipólito para nosotros, alguien que en el seno de una grande familia fue escogido y elegido por Dios para ser su hijo a través del bautismo”.
Destacó que, en cada etapa, Reyes Larios respondió con su humanidad, espiritualidad, don de gente y su vida a cada llamado de Dios “y eso hace que cuando uno responde con confianza, con fe, con gozo, cada llamada de Dios, cuando Dios te llama al encuentro final, al reino de los cielos, uno sepa responder”.
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Y es que recordó que unos días antes de cumplir 75 años y pedir la renuncia al Papa Francisco, recibió el llamado final de Dios.
“Dios padre bueno, lo recompensa con la vida eterna. Siempre es doloroso humanamente cuando uno se despide de seres queridos, pero despedirse de seres queridos sabiendo que están presentes en su legado, en su ejemplo, en su testimonio y ahora intercediendo desde el cielo por nosotros y que un día nos vamos a reencontrar, esto nos hace vivir como hoy lo vive su familia, lo vivió hace un año, lo vivimos todos, con esperanza y con fe”.