Según correo electrónicos hackeados por el colectivo Guacamaya, desde 2019 órganos de seguridad e inteligencia encabezados por la Sedena, documentaron los presuntos pactos que la delincuencia organizada hizo con el gobierno de Morelos, encabezado por Cuauhtémoc Blanco, así como con casi la mitad de los municipios del estado para obtener el control de la entidad.

De acuerdo con una publicación de la revista Proceso, los supuestos vínculos del gobernante con grupos delictivos fueron identificados desde su gestión como alcalde de Cuernavaca.

Según declaraciones de funcionarios y miembros de la delincuencia organizada, la Sedena documentó que aparentemente Blanco pactó con un grupo delincuencial para darle el control del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC) y el territorio de Cuernavaca.

Este municipio, según documentos de inteligencia de la Secretaría de Marina, está en pugna por ser el punto de reunión en la ruta de la droga proveniente de Guerrero y su ingreso al Estado de México y a la Ciudad de México, además de estar situado sobre el poliducto Añil-Cuernavaca, donde los grupos delincuenciales roban el hidrocarburo.

En febrero de 2019, recién iniciado el mandato de Blanco, el Comité Interinstitucional de Inteligencia (CII), integrado por la Sedena, la Secretaría de Marina, la Fiscalía General de la República (FGR), la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, el Centro Nacional de Inteligencia y la extinta Policía Federal, realizó una radiografía de la entidad.

Asimismo, dio a conocer que el CII detectó en Morelos la presencia de 10 grupos de la delincuencia organizada a las que se atribuyen los homicidios ocurridos en el estado entre 2018 y 2019, debido a la disputa que mantienen por el control de las actividades ilícitas: huachicoleo, narcotráfico, secuestro y extorsión, principalmente.

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