El Vaticano ha expulsado a un sacerdote estadounidense contrario al aborto, Frank Pavone, por haber publicado lo que consideró “comunicaciones blasfemas en las redes sociales”, así como por “desobediencia persistente” a su obispo.

La decisión contra Pavone, que dirige el grupo antiabortista Sacerdotes por la Vida, se tomó el 9 de noviembre y no había posibilidad de apelación, según una carta obtenida el domingo y escrita por el embajador del Vaticano en Estados Unidos, el arzobispo Christophe Pierre, dirigida a los obispos estadounidenses.

Pavone fue investigado por su entonces diócesis de Amarillo, Texas, por haber colocado un feto abortado en un altar y haber publicado un video del mismo en dos redes sociales en 2016. El sacerdote publica con frecuencia sobre política estadounidense y aborto. El video del feto abortado iba acompañado de un mensaje en el que decía que Hillary Clinton y la plataforma demócrata permitirían que continuara el aborto, y que Donald Trump y la plataforma republicana quieren proteger a los niños no nacidos.

Pavone sigue siendo un firme partidario de Trump: En su cuenta de Twitter luce una gorra “MAGA” (eslogan de la campaña de Trump que significa “Hagamos grande a Estados Unidos otra vez”) con una foto de fondo en la que aparece el expresidente de Estados Unidos, a quien muchos conservadores elogian por sus nominados a la Corte Suprema, que anularon el histórico fallo que garantizaba el derecho constitucional al aborto en el país.

En un tuit el domingo, Pavone sonó desafiante, comparando su destino con el de los no nacidos.

“Así que, en todas las profesiones, incluido el sacerdocio, si defiendes a los no nacidos ¡te tratarán como a ellos! La única diferencia es que cuando nos ‘abortan’, seguimos hablando, alto y claro”, escribió.

Sus partidarios denunciaron inmediatamente la medida, entre ellos el obispo de Tyler, Texas, Joseph Strickland, que se refirió como “maligno” al apoyo que ha dado el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, al derecho al aborto.

Pavone había apelado al Vaticano por las restricciones impuestas a su ministerio en 2011 por el obispo de Amarillo, consiguió que se suavizaran las restricciones y se trasladó fuera de Texas, aunque permaneció activo con Sacerdotes por la Vida.

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