Dos años después de la destrucción de Juukan Gorge, un antiguo refugio de roca sagrada en la región de Pilbara, en Australia Occidental, por parte de la empresa minera Rio Tinto, otro sitio sagrado y patrimonio cultural del país, resultó víctima del vandalismo.
Se trata de arte rupestre con 30.000 años de antigüedad asentado en la cueva Koonalda en Nullarbor Plain.
Los vándalos, aún no identificados, entraron en la cueva, realizaron grafitis y escribieron “no mires ahora, pero esta es una cueva de la muerte”.
Para ingresar, los responsables cavaron debajo de la puerta de acero que permitía el acceso al lugar, según la espeleóloga Clare Buswell citada por el portal local The National Indigenous Times.
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En la cueva, considerada patrimonio nacional desde 2014, el grafiti ha destruido irreparablemente un área de 1,2 m por 60 cm.
Se trata de una obra de arte “única en Australia”, declaró la doctora Keryn Walshe, arqueóloga especializada en patrimonio indígena antiguo, citada por The Guardian. Y señaló, “los vándalos causaron un daño enorme. El arte no es recuperable”.
“La superficie de la cueva es muy blanda. No es posible eliminar el grafiti sin destruir el arte que hay debajo. Es una pérdida masiva y trágica que se haya desfigurado hasta este punto”, explicó.
Los propietarios tradicionales de estas tierras son los indígenas australianos del pueblo Mirning, también conocidos como Ngandatha, que visitaron la cueva durante más de 30.000 años y el arte que allí se conservaba era “muy significativo” para ellos, según Walshe.