La ministra Yasmín Esquivel Masso enfrenta uno de los momentos más difíciles en su vida dentro de la función pública. La acusación de plagio en la tesis que presentó para obtener su grado como licenciada en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) fue exhibido el pasado miércoles por el escritor Guillermo Sheridan.

A ocho días de que los integrantes del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sesionen para definir quién será el que sustituya al ministro Arturo Zaldívar, no sólo obstaculiza la llegada de Esquivel Masso a ese puesto, sino que podría encarar demandas de juicio político o la presión para que renuncie al máximo tribunal de justicia por ‘causas graves’.

La Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la UNAM confirmó el pasado viernes que existe un ‘alto nivel de coincidencias’ entre la tesis presentada en 1987 por Yasmín Esquivel con la de un alumno de la Facultad de Derecho. 

En obviedad de razones, la aún ministra niega las acusaciones de plagio e incluso ha querido desvirtuar lo evidente diciendo que se trata de un ‘ataque de género’. El presidente López Obrador intentó minimizar el asunto ‘si Esquivel se equivocó, fue como estudiante’, y acusó que Sheridan y otros intelectuales han hecho más “daño” al país.

¿Qué dice la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos?

Al margen de esos escenarios, la Constitución mexicana (CPEUM) contempla mecanismos por el que se podría pedir una sanción en contra de Esquivel Masso.

La Carta Magna, en su artículo 110, contempla que cualquier funcionario público puede enfrentar juicio político si se comprueba que en el ejercicio de sus funciones comete: “actos u omisiones que redunden en perjuicio de los intereses públicos fundamentales o de su buen despacho”. También prevé la destitución e inhabilitación para ejercer cargos públicos.

Para ello, debe comprobarse que el plagio se cometió para poder solicitar al Congreso de la Unión que inicie el juicio político contra Jasmín Esquivel, por lo tanto, el pronunciamiento de la FES será fundamental en esta historia. 

Pero, aunque el pronunciamiento de la UNAM confirmará el plagio de Esquivel, las posibles sanciones podrían verse frenadas por los diputados y senadores de Morena, ya que López Obrador fue el que impulsó a Yasmín Esquivel para llegar a la SCJN.

Sin lugar a duda, este asunto es un hecho inédito en la historia política y jurídica de México a ese nivel de impartición de justicia.

Sin embargo, las críticas y la presión social están aumentando día con día, sin importar las fechas de Navidad donde el amor, la paz, la unidad, la familia, la fraternidad se desparrama en todos los escenarios.

Otro de los escenarios pudiera ser la renuncia de Yasmín Esquivel en términos del artículo 98 de la Constitución Política que establece que las renuncias de los ministros de la Corte “solamente procederán por causas graves”. 

Pero, la gravedad recaería cuando el grupo de académicos de la FES de la UNAM determinen formalmente el plagio, ya que Esquivel no cumpliría, cuando menos, uno de los requisitos esenciales para ser ministra (art. 95 fracc. II, CPEUM).

¿Está en juego la credibilidad de la Suprema Corte de Justicia y de la UNAM?

En ambos casos, la renuncia de Esquivel se ve lejana. El concepto de ‘causas graves’ no deja de ser amplio y subjetivo, según opinan estudiosos del derecho.

No obstante, la credibilidad de la Corte, de la UNAM, la del Estado Mexicano, en la salvaguarda del Estado de Derecho (no la de ‘chueco’ como dice AMLO), y la de la propia Yasmín Esquivel están en juego. 

Para Yasmín Esquivel lo mejor sería hacerse a un lado, no reconocer el plagio y salir con zapatillas de ballet de la Suprema Corte, para no generar más inestabilidad en el Poder Judicial de la Federación y en el ambiente polarizado que se vive en México.

La sociedad espera que la UNAM haga una verdadera revisión con criterio 100% técnico-académico y determine lo que a todas luces es evidente: Yasmín Esquivel cometió plagio en su tesis para obtener el grado de licenciada en Derecho.

El daño está hecho.

Publicidad