Arqueólogos de la Universidad Estatal de Oregón, EE.UU., dirigidos por el profesor de antropología Loren Davis han descubierto puntas de proyectil en Cooper’s Ferry, Idaho, EE.UU., que tienen miles de años más que las anteriormente encontradas en las Américas. El hallazgo permite completar la historia de cómo los primeros humanos fabricaron y usaron armas de piedra, comunicaron el pasado viernes.

Su antigüedad

Los artefactos desenterrados tienen aproximadamente 15.785 años, según la datación por carbono-14. Eso significa que son aproximadamente 3.000 años más antiguos que las puntas acanaladas de Clovis que se encuentran en toda América del Norte y 2.300 años más que las puntas encontradas anteriormente en el mismo sitio por el equipo de trabajo de Davis.

En la excavación anterior habían encontrado escamas y trozos de hueso que indicaban presencia humana hace unos 16.000 años. “Desde un punto de vista científico, estos descubrimientos agregan detalles muy importantes sobre cómo se ve el registro arqueológico de los primeros pueblos de las Américas”, puntualizó Davis. “Una cosa es decir: ‘Creemos que la gente estuvo aquí en las Américas hace 16.000 años’; otra cosa es medirlo encontrando artefactos bien hechos que dejaron atrás”, subrayó.

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Vínculos con Asia

Las puntas son reveladoras no solo por su antigüedad, sino también por su similitud con las puntas de proyectil encontradas en Hokkaido, Japón, que tienen entre 16.000 y 20.000 años, señaló Davis. Su presencia en Idaho agrega más detalles a la hipótesis de que existen conexiones genéticas y culturales tempranas entre los pueblos de la edad de hielo del noreste de Asia y América del Norte. “Al comparar estos puntos con otros sitios de la misma edad y más antiguos, podemos inferir la extensión espacial de las redes sociales donde este conocimiento tecnológico se compartió entre las personas”, enfatizó.

Estos descubrimientos se suman a la imagen emergente de la vida humana temprana en el noroeste del Pacífico, dijo Davis. “Encontrar un sitio donde la gente hizo pozos y almacenó puntas de proyectiles completas y rotas hace casi 16.000 años nos brinda detalles valiosos sobre la vida de los primeros habitantes de nuestra región”. En total, encontraron y mapearon más de 65.000 artículos, registrando sus ubicaciones al milímetro para una documentación precisa. Los hallazgos fueron publicados, el pasado viernes, en la revista Science Advances.

Armas mortales

Las 13 puntas afiladas, completas o fragmentadas, que tienen entre uno y cinco centímetros de largo, se caracterizan por dos extremos distintos, uno afilado y otro con tallo, así como una forma simétrica biselada si se miran de frente. Probablemente estaban unidos a dardos, en lugar de flechas o lanzas, y a pesar de su pequeño tamaño, eran armas mortales, dijo Davis.

“Existe la suposición de que los primeros puntos de proyectil tenían que ser grandes para matar la caza mayor; sin embargo, las puntas de proyectiles más pequeñas montadas en dardos penetran profundamente y causan un daño interno tremendo”, explicó Davis. “Puedes cazar cualquier animal que conozcamos con armas como estas”, concluyó.

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