Las noches del príncipe Andrés con sus queridos osos de peluche en el Palacio de Buckingham han llegado a su fin después de que el rey Carlos III le ordenara desalojar su habitación en su residencia oficial: una suite reservada exclusivamente para cuando el duque de York –quien vive actualmente en el Royal Lodge en Berkshire– visitaba Londres, informó el medio británico The Sun.

Este es el segundo desalojo formal del palacio de Buckingham de Andrés, desautorizado de cada rol de representación de la familia real británica tras la sospecha de estar involucrado en el escándalo sexual ligado al difunto abusador de menores Jeffrey Epstein.

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“No es un miembro oficial de la familia real. El rey ha dejado claro que el Palacio de Buckingham no es lugar para el príncipe Andrés. Primero cerró su despacho, el año pasado, y ahora su dormitorio”, especificó una fuente cercana a Carlos III a The Sun, y añadió que “cualquier tipo de presencia del príncipe Andrés en el palacio terminó oficialmente”.

Sin ningún anuncio oficial, el rey Carlos III, en persona, decidió distanciar aún más a su hermano menor a cinco meses de la muerte de la reina Isabel II.

En diciembre, The Sun ya había revelado otra orden de desalojo al duque de York de los lugares asignados en el palacio de Buckingham, como una oficina. Una clara señal de la intención de Carlos III, respaldado por el príncipe William, de ayudar a resarcir la imagen de su hermano.

Los medios británicos especulan que la drástica medida del monarca contra su hermano también fue impulsada por la reciente decisión de Andrés de reabrir la batalla legal con Virginia Giuffre, quien interpuso una demanda civil en un tribunal estadounidense en 2021 en su contra, alegando abusos sexuales mientras ella era menor de edad en múltiples ocasiones, y con la que, en febrero de 2022, el duque de York finalmente había alcanzado un acuerdo financiero extrajudicial.

Osos de peluche
Todas sus preciadas posesiones han sido trasladadas fuera mientras se llevan a cabo las obras de renovación del palacio, en curso desde hace tiempo. Incluso la colección de osos de peluche con la que, según los tabloides, el príncipe aún estaba estrechamente apegado a sus 62 años.

El año pasado, The Sun reveló que a Andrés le gustaba rodearse en su cama real de cinco osos de peluche y otros animales, y que tenían que estar en posiciones específicas. El personal dibujaba un esquema de cómo debían estar colocados, incluyendo un osito que sostenía un corazón, hipopótamos, además de almohadones con las frases con “Papi”, “Patos” y “Príncipe”. Si no se colocaban como a él le gustaban, le daba un berrinche, añadió el diario.

Andrés ha sido informado de que si quiere dormir en Londres, debe mudarse a un nuevo alojamiento, con el cercano Palacio de St James como una posible opción. Representa otro hogar oficial de la monarquía pero simbólicamente menos expuesta.

Presunta venganza
La noticia llega casi un año después del pago de 12 millones de libras a Virginia Giuffre por la demanda de abuso sexual contra Andrés. Razón por la que fue despojado de sus cargos militares y patrocinios reales.

Sin embargo, se ha informado de que Andrés ha estado contando con confianza a sus amigos de un gran desarrollo que podría restaurar su reputación destrozada. En su momento, él aceptó un enorme pago para resolver la demanda estadounidense presentada contra él por la señora Giuffre, pero nunca admitió ningún delito o mala conducta de su parte.

The Sun citó a una fuente que dijo: “Dice que están a punto de hacerse públicos detalles que cambiarán la percepción que la gente tiene de él. Dice que ocurrirá el mes que viene”.

Se espera que las obras de renovación del Palacio de Buckingham terminen en 2027.

Un camino destinado a alimentar nuevas polémicas -como si no bastase la explosiva autobiografía best-seller del príncipe Harry- justamente mientras se definen los preparativos para la coronación solemne de Carlos y Camilla en agenda para mayo en la Abadía de Westminster.

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