El senador morenista Ricardo Monreal respondió a las críticas de los legisladores estadounidenses Robert Menendez y Michael McCaul contra el plan B electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador.

“Su opinión, siendo respetable, constituye una cuestionable injerencia externa en los asuntos internos de una nación soberana e independiente, como lo es México”, escribió en una carta dirigida a los legisladores.

Monreal acusó que la postura de los legisladores no contribuye al clima de amistad y cooperación entre ambos gobiernos.

El coordinador de los senadores de Morena defendió el plan B electoral, argumentando que especialistas y político han coincidido desde hace años “en la necesidad de simplificar el sistema electoral mexicano y reducir sus elevados costos, sin dañar sus bases”.

“Se trata de gastar menos y hacerlo mejor”, aseguró Monreal. Indicó además que en el pasado se han aprobado reformas que no han funcionado y, al contrario, han ocasionado resultados contraproducentes.

Asimismo, apuntó que el plan B fue analizado y discutido con la participación de todas las fuerzas políticas y aseguró que la aprobación fue gracias a que ambas Cámaras le dieron el visto bueno mediante un consenso.

“Para reformarla se requiere de las dos terceras partes de los votos en cada Cámara, más la aprobación, por mayoría de votos, de la mitad más una de las 32 legislaturas locales. Para reformar o expedir una ley es suficiente con la mayoría en cada cámara del Congreso federal”, afirmó.

El 24 de febrero, a través de un comunicado, el demócrata Robert Menendez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, y el republicano Michael McCaul, líder del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, criticaron la aprobación del plan B.

Señalaron que con las reformas, los legisladores mexicanos aprobaron la reducción del financiamiento del Instituto Nacional Electoral (INE) lo que podría traer un regreso a acciones que atenten contra la democracia de México.

“Devolver a México a su oscuro pasado de elecciones controladas por el presidente no solo retrasa su democracia, sino también las relaciones entre Estados Unidos y México“, acusaron.

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