Notre Dame de París, levantada entre los siglos XII y XIII es la primera catedral gótica que utilizó hierro de forma masiva en su estructura, según las conclusiones de un estudio científico divulgado este miércoles.

Las obras de restauración del templo tras el incendio que destruyó su cubierta en abril de 2019 sacaron a la luz miles de grapas de metal que, a todos los niveles, contribuyen a fijar las piedras que dan al edificio su típico perfil esbelto.

“Se sabía que había grapas en los templos góticos, pero ninguno de ellos los había utilizado de forma masiva antes de Notre Dame”, explica a EFE el investigador Philippe Dillmann.

El hierro fue introducido por el gótico como elemento constructivo, puesto que sus edificios, más altos y con menos muros que los románicos, precisaban de más elementos de sujeción.

Templos góticos más antiguos, como el de Chartres, situado a unos kilómetros al sur de la capital, “utilizaban algunas grapas para sujetar ciertas partes del templo, pero no lo hacían de forma tan generalizada”, agrega.

El estudio, publicado en la revista científica PLOS One, señala que Notre Dame introdujo el hierro de forma masiva como elemento constructivo, una innovación que posteriormente se extendió a la construcción de otras catedrales góticas francesas, como las de Chartres, Bourges o Beauvais.

La tragedia del incendio permitió a los investigadores acceder a la parte alta del muro, que estaba oculta por el bosque de vigas de madera que sujetaba la cubierta del edificio que partió en llamas hace casi cuatro años.

En un principio, los investigadores dudaron si se trataba de un elemento utilizado durante la construcción de la obra en la Edad Media o añadido en el siglo XIX, durante la gran campaña de restauración a la que fue sometida bajo las órdenes de Eugène Viollet-le-Duc, que introdujo cinchas de sujeción en diversos puntos.

Doce de esas grapas, de la parte alta del edificio, pero también otras descubiertas en la parte baja, pudieron ser analizadas de forma más exhaustiva gracias a un estudio pluridisciplinar con ayuda de científicos del Comisionado de la Energía Atómica (CEA), que permitió datar el metal.

Sus conclusiones son claras: El metal utilizado en la parte baja de Notre Dame corresponde a mediados del siglo XII, lo que corresponde al inicio de la construcción de la catedral, y los superiores al inicio del XIII, coincidiendo con su final.

“No hay duda de que son grapas de la Edad Media, lo que convierte a Notre Dame en la primera construcción gótica que usa este elemento de forma sistemática”, indica Dillmann.

Para ello, los científicos extrajeron los restos de carbono que quedaban en el metal para, mediante métodos de datación radiológicos, establecer la procedencia temporal de la madera con la que fue fabricado el mismo.

“Hemos podido acceder a la huella dactilar de esa madera, lo que nos ofrece una gran cantidad de información”, señala el científico.

El estudio establece también que muchas de esas grapas están fabricadas a partir de hierro de diferentes procedencias, lo que según el investigador, “sugiere el empleo de un reciclaje de elementos que no responde a motivos económicos”.

Dillmann explica que a las obras de Notre Dame no les faltaban fondos, pero que en la época la reutilización de elementos era “algo normal” que se perdió “a partir del siglo XIX” y que ahora la arquitectura está recuperando por una conciencia ecológica.

La metodología utilizada para datar ese metal y para conocer sus características no es nueva, aunque nunca se había utilizado de forma tan evidente.

“Este sistema abre la puerta a datar metal en otros templos y a efectuar nuevos estudios sobre el uso de hierro”, señala Dillmann.

En el punto de mira estarán otras catedrales de Francia, país donde surgió el gótico y que, por tanto, tiene los edificios más antiguos de ese arte.

Pero en Noyon, Laon o Saint-Denis, que tienen partes arquitectónicas más antiguas que Notre Dame, no se ha puesto en evidencia la presencia tan masiva de metal en su estructura, lo mismo que en Chartres. 

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