El Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) es la organización criminal en México que más se favorece con la llegada de fentanilo desde China a los puertos de Manzanillo, Colima, y Lázaro Cárdenas, Michoacán, así lo afirma el experto en el tema Josué Ángel González Torres.
En el ensayo intitulado “Fentanilo en México: confiscación de cargamentos 2017-2019″, contenido en el Atlas de la Seguridad y la Defensa de México 2020 y elaborado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado, González Torres señala:
“Otro peligro para México es que, a diferencia de otras drogas como la cocaína y la heroína, que por su alto costo no tienen un amplio número de consumidores en México, esta droga es un gran peligro a la salud pública, pues puede ser atractivo para los grupos criminales abrir un mercado de consumidores entre los jóvenes mexicanos”, advierte el especialista.
También refiere que en México existen tres rutas para el tránsito de fentanilo.
Ruta del Pacífico, un corredor que partiría de los puertos de Lázaro Cárdenas, Manzanillo, o Puerto Vallarta, Jalisco, y pasaría por Sinaloa con rumbo a la frontera.
La distribución abarcaría las aduanas y pasos fronterizos de Sonoyta y San Luis Río Colorado, en Sonora, y Mexicali y Tijuana, en Baja California, y por el número de incautaciones realizadas, sería la ruta más utilizada.
Ruta Península, que podría llegar directamente de las rutas de Asia vía marítima o aérea, así como proveniente de los puertos de Puerto Vallarta o Mazatlán, Sinaloa, hacia Baja California Sur.
De ahí serían transportados de manera terrestre hacia la frontera con Estados Unidos, en particular hacia las aduanas como Tijuana, Tecate y Mexicali.
En estas dos rutas, los aeropuertos de Tijuana y el de Culiacán serían puntos de tránsito relevantes.
Ruta del Centro, de la cual no existe suficiente información para reconstruirla, pero abarcaría municipios aislados que conectarían a la Ciudad de México, Querétaro, San Luis Potosí, Nuevo León y Coahuila.
Puntos relevantes de esta ruta serían el aeropuerto de la Ciudad de México y, en menor medida, el de San Luis Potosí.
Con base al ensayo, las dependencias de seguridad mexicanas con la mayor cantidad de decomisos son la Policía Federal -desarticulada en el gobierno del presidente López Obrador-, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Fiscalía General de la República, las Policías estatales y la Secretaría de Marina.
“Destaca por sus características el laboratorio desmantelado en Mexicali, Baja California, en septiembre de 2018. Ahí fue capturado Petrov Kulkin, de origen búlgaro, quien estaba a cargo de la producción de 40 mil pastillas semanales en un departamento de 6 x 6 m2”, se muestra en el trabajo de investigación.
El detenido refirió que el costo de producción de cada pastilla era de centavos de dólar, mientras que la ganancia podía ser de tres dólares.
“(México) es una pieza clave en el mercado internacional del fentanilo. La sustancia proviene principalmente de China y, para su tránsito hacia los Estados Unidos, México es utilizado como vía de transporte y, de manera creciente, como zona de producción. Al menos dos grupos criminales están involucrados a nivel doméstico en su comercialización: el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación”, enfatiza el ensayo.
“Uno de los elementos más atractivos para los grupos criminales es el precio del fentanilo. Un kilo con alto nivel de pureza obtenido en China puede tener un costo que va de los 3 mil 300 a los 5 mil dólares. Ese mismo kilo puede ser rebajado o mezclado con otras drogas para obtener de 16 a 24 kilogramos de producto para la venta, con lo que se puede obtener una ganancia de entre 1.2 y 1.9 millones de dólares”.
Cabe resaltar que, en el documento se añade, a diferencia del fentanilo proveniente de China que puede alcanzar más de 90% de pureza, el proveniente de México tiene en promedio 10% de pureza.
“En cuanto a la elaboración, producir una píldora en México puede costar centavos de dólar y puede ser vendida en tres dólares. En Estados Unidos, la venta de cada píldora puede costar entre 5 y 20 dólares”.
En plena desavenencia que el trasiego del fentanilo ha provocado en la relación con Estados Unidos, el ensayo advierte que el contexto internacional posiciona a México como un país clave en el tráfico de esta sustancia.
“Por un lado, se ha detectado el tránsito hacia Estados Unidos, que es un mercado de consumo creciente. Por otro lado, China es el mayor productor internacional de fentanilo, y la prohibición impuesta a las sustancias análogas en mayo de 2019 puede tener como consecuencia que el mercado ilícito en México se fortalezca”, se advierte.
“A nivel internacional, las primeras intercepciones de fentanilo se registraron en 2013 cuando se llevó a cabo un decomiso de 0.454 kg en Baja California y de 0.440 kg en Sinaloa. Desde entonces el decomiso de la sustancia ha ido creciendo”.