Moscú y Beijing estrechan sus lazos, pese a la insistencia de China de mostrarse como un actor neutral en el conflicto ordenado por Vladimir Putin.
“Hoy, las relaciones entre Rusia y China se encuentran en un alto nivel, sin precedentes”, afirmó el primer ministro ruso Mikhail Mishustin tras firmar una serie de pactos económicos este 24 de mayo en Beijing, donde fue recibido con honores y sostuvo encuentros con su homólogo Li Qiang y el presidente chino Xi Jinping.
Más allá de mantener un aliado diplomático en medio del aislamiento internacional en el que se encuentra sumergido, Moscú se apoya en el gigante asiático en un intento por salir a flote de las sanciones financieras impuestas desde Occidente por la invasión a su vecino país.
Entre los acuerdos firmados este miércoles se encuentra un pacto para profundizar la cooperación de inversión en servicios comerciales y la exportación de productos agrícolas a China.
Además, se prevé un aumento del 40% de las exportaciones de energía rusa al territorio chino, según señaló el viceprimer ministro ruso Alexander Novak.
Li agregó que su Gobierno está dispuesto a trabajar con Rusia para promover su cooperación pragmática en varios campos y llevarla a un “nuevo nivel”.