El conservador Partido Popular de España obtuvo avances importantes en las elecciones locales y regionales celebradas el domingo, lo que ofrece una grave valoración del sentimiento de los ciudadanos hacia la coalición de izquierda en el poder antes de las elecciones generales de diciembre.
En las elecciones locales, el Partido Popular obtuvo el 31,5% de los votos respecto a los 28,2% de los conseguidos por el Partido Socialista de los Trabajadores, o PSOE, que dirige el gobierno central, con más del 97% de los votos contabilizados, de acuerdo con los resultados publicados por el Ministerio del Interior. Fue una disminución de 1,2 puntos porcentuales para el PSOE en 2019, pero un aumento de casi 9 puntos para el PP, que se benefició del colapso del partido centrista Ciudadanos.
El PP también dominó varias regiones que anteriormente habían sido ganadas por el PSOE, como Valencia, Aragón y La Rioja. Los gobiernos regionales españoles tienen un enorme poder y discrecionalidad presupuestaria en educación, sanidad, vivienda y policías.
El partido también le arrebató al PSOE ciudades importantes como Valencia y Sevilla y consiguió una mayoría absoluta en la contienda para la alcaldía de la capital, Madrid.
El partido Vox de ultraderecha duplicó con creces su porcentaje de concejales, hasta el 7,2%, lo que significa que tendrá una influencia significativa en la política de las ciudades en que el PP necesitará sus votos.
Más de 35 millones de personas tenían derecho a voto en las elecciones municipales. La participación fue del 63,9%, ligeramente inferior a la de 2019 en una jornada de lluvias torrenciales para algunas partes del país.