El productor y gestor cultural José Antonio Olivo, quien padece parálisis cerebral, busca que las personas con discapacidad generen proyectos que fomenten su inclusión en la sociedad y fortalezcan su papel como individuos para lograr una verdadera equidad en México.

“Soy primero una persona antes que mi discapacidad, eso implica que toques la puerta como todos los demás. Es importante que la comunidad lo sepa porque está acostumbrada a que se les atienda por su discapacidad antes que por su capacidad. Si quieres que se te incluya primero te tienes que incluir”, dijo en una entrevista con EFE.

Olivo estrenó en la ciudad mexicana de Guadalajara, oeste del país, el documental “Metamorfosis”, en el que registra cómo un grupo de danza de jóvenes con discapacidad ideó y montó una obra de teatro negro para hablar sobre la autonomía que pueden lograr.

La obra, presentada en teatros de Guadalajara, muestra la historia de una joven con discapacidad intelectual que superó sus propias limitaciones y diversos obstáculos sociales para alcanzar su autonomía.

El productor y gestor cultural, con parálisis cerebral tipo 1, quiso mostrar el esfuerzo de la compañía de danza incluyente “Ser libre” del Centro de Capacitación para Personas con Discapacidad Intelectual C-Integra para montar la obra.

También pretendió exponer que este tipo de proyectos impactan positivamente en su vida y en el concepto de sí mismos.

“Les das fe, esperanza a las familias, los hace sentir parte de algo, rompes con esa monotonía de ir de mi Centro de integración a mi casa, los empiezas a incluir. Percibir que eso que hicieron tiene una relevancia, un valor y les da una posición, eso les impacta y hace que se vayan sumando más y más”, argumentó.

En México hay casi 6,18 millones de personas con algún tipo de discapacidad, cerca del 5 % de la población total, según el censo de 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El director del documental consideró que la cultura es un buen espacio en el que las personas con discapacidad pueden abrirse camino en la sociedad y hacer visibles los temas que les preocupan.

“Cuando la persona con discapacidad interactúa en los espacios culturales se convierte y se legitima como un agente cultural, como un público, como un artista y por consiguiente puede visibilizar no sólo su práctica en la cultura, sino sus necesidades”, expresó. 

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