Las defensoras de derechos humanos que buscan a familiares y otros seres queridos desaparecidos en México se enfrentan a intimidación y ataques en ocasiones mortales, denunciaron hoy varias expertas de la ONU, que pusieron como ejemplo el caso de Teresa Magueyal, asesinada el pasado mes de mayo.

La mujer, que llevaba tres años buscando a su hijo, fue acribillada cuando montaba en bicicleta en Celaya, mientras que en otro caso, la defensora de derechos humanos Araceli Rodríguez fue atacada en marzo en el estado de Guerrero.

Ambas en principio estaban protegidas por el mecanismo federal para defensores de derechos humanos y periodistas.

Ante este tipo de casos, las expertas instaron a las autoridades mexicanas a garantizar la libertad y seguridad de las activistas que trabajan en desapariciones forzadas a la hora de desempeñar su trabajo.

“Operar en un entorno constante de miedo, amenaza e inseguridad tiene un efecto disuasivo sobre los familiares de las víctimas, los actores de la sociedad civil, los defensores de los derechos humanos y las organizaciones”, señalaron en un comunicado en el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.

También pidieron a las autoridades mexicanas “investigar, procesar e imponer sanciones apropiadas con prontitud” a los responsables de dichas agresiones.

“Es muy preocupante que continúe la impunidad por los crímenes contra las defensoras y activistas de derechos humanos a pesar de las denuncias presentadas”, afirmaron las especialistas.

Las firmantes de esta declaración son las relatoras especiales sobre defensores de los derechos humanos (Mary Lawlor), violencia contra las mujeres (Reem Alsalem) y derechos humanos de las personas mayores (Claudia Mahler).

Publicidad