Alfredo Paredes/Forbes
El reciclaje permanente del agua ya no es una alternativa, sino una urgente necesidad que debe plantearse la creación de una enorme infraestructura operativa, de abastecimiento energético y de tratamiento eficiente que permita reducir los crudos efectos de la ebullición climática.
Hace apenas unas décadas, en muchas localidades era frecuente el uso de pozos artesanales de los cuales se extraía agua para suplir las necesidades fundamentales de las familias, la industria, el campo e incluso las recreativas.
Por supuesto, las jóvenes generaciones desconocen que el agua potable brotaba de fuentes, abrevaderos, manantiales y ojos de agua de forma natural apenas a unos cuantos metros de profundidad; tampoco saben que muchos de las actuales vías de comunicación corren a lo largo de lo que alguna vez fueron cauces de agua, ríos, lagunas, lagos, humedales y fuentes y que de ahí deriva su nombre.
La disponibilidad de agua, la sustancia más elemental, crítica y fundamental de la vida se está agotando. El planeta se está desecando, desertificando, la naturaleza desaparece aceleradamente y con ello la biodiversidad, los ecosistemas y las esperanzas de supervivencia de la propia humanidad.
No solo eso, las condiciones ambientales generadas por esa resequedad, tolvaneras, ingestión de agua contaminada y la putrefacción permanente de materia orgánica constituyen el caldo de cultivo adecuado para el surgimiento y la diseminación de diversos padecimientos, enfermedades y graves consecuencias sociales.
El reciclaje permanente del agua ya no es una alternativa, sino una urgente necesidad que debe plantearse la creación de una enorme infraestructura operativa, de abastecimiento energético y de tratamiento eficiente que permita reducir los crudos efectos de la ebullición climática.
La solución es compleja y requiere de un ejercicio de política pública integral, participación social e incluso de esfuerzos diplomáticos y de consenso empresarial a gran escala.
La actualidad del reciclaje del agua. Sistemas direccionados por inteligencia artificial, tratamiento en tiempo real, ultrafiltración, nanomateriales, ionización, magnetismo, purificación libre de químicos, reinyección de mantos acuíferos, procesos orgánicos de desalinización, regeneración de suelos, biorremediación, nubes frías, procesos de vórtice, todo el arsenal tecnológico y de investigación está disponible.
La recuperación integral del agua para uso agrícola e industrial, el uso de fertilizantes orgánicos, la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero en un proceso interconectado y multifunción pueden evitar miles de muertes y mayor degradación ambiental.
La mayoría de las principales capitales del mundo, especialmente las más pobladas están a menos de 10 años de llegar a la hora cero. ¿Qué quiere decir eso? no habrá agua de la llave, no saldrá y la disponible será muy cara. Las consecuencias sociales y económicas enormes, los daños irreversibles y las futuras generaciones pagarán una factura muy alta por lo que dejo de hacerse hoy, ahora, aquí.
El agua reciclada puede satisfacer la mayoría de las necesidades de agua, siempre y cuando se trate adecuadamente para garantizar la calidad del agua adecuada para el uso.
Prácticamente toda el agua en el mundo es reciclada, paso por cientos, miles de formas de consumo, se evaporo, se congelo; ya fuera en forma de nube y/o en el curso de un río recorrió el mundo, alguna vez estuvo en las profundidades del mar, fue parte de un tornado, de la lluvia, de la nieve, estuvo en la cima de alguna montaña, se filtró, fue consumida, procesada, formo parte de animales, plantas, comida, desechos y todo tipo de materiales.
El agua reciclada es perfecta para la industria, evitar incendios forestales, todo tipo de aplicaciones industriales, campos deportivos, humedales, el riego y la agricultura, una vez tratada permite reducir la cantidad de agua potable destinada al campo, la cantidad de fertilizante necesario y la cantidad de aguas residuales generadas. En otras palabras, la reutilización del agua ahorra agua, energía y mucho dinero.
Los causes de ríos, los cuerpos de agua y el mar no son vertederos ni puede seguir siendo utilizados como retretes. Todo es cíclico, sistémico; por lo tanto, tiene consecuencias y ya nos están impactando seriamente.
Los países avanzados establecen porcentajes específicos de agua que debe reciclarse y de sistemas de tratamiento que obligan a las empresas a operar circuitos de aprovechamiento integral y recolección de residuos peligrosos reduciendo enormemente las consecuencias negativas sobre el entorno y el medio ambiente. Sin discusión, sin resistencia, solamente cumpliendo la ley y haciendo uso del sentido común, con integridad y priorizando el bienestar social.
El problema político. El infortunio de haber hecho del agua un tema sujeto a la política, por lo tanto, relativo a la corrupción, ineptitud, mediocridad e ignorancia de las autoridades constituye el núcleo degradativo y el mayor obstáculo al que se enfrentan las opciones tecnológicas actuales.
Los sistemas innovadores y eficientes de tratamiento, los proyectos científicos y los sistemas modernos de reciclaje son frenados por el soborno, la putrefacción y los grupos políticos que operan el presupuesto a su antojo.
Entre peor sea el problema y más grave sea la escasez del agua, mayormente podrán beneficiarse de concesiones, licencias, multas y la prestación del servicio como fuente personal de ingresos.
Culpables también son las empresas y particulares que, en lugar de cumplir con la normatividad vigente, la eluden o prefieren caer en corruptelas para explotar, degradar y contaminar los recursos naturales como les venga en gana.
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