La escritora y académica Clara Sánchez considera que la lectura está en franca decadencia por las redes sociales aunque confía en que se pase un poco este “sarampión” y se recupere la calma necesaria que requiere ponerse a leer.
Clara Sánchez (Guadalajara, 1955), que ingresó el pasado domingo en la Real Academia Española, donde ha pasado a ocupar la silla X, acaba de publicar también la novela “Los pecados de María Salas”, editada por Planeta, en la que aborda la impostura en el mundo editorial con una historia llena de plagios, venganzas y listas de ventas.
Sánchez considera que puede aportar a la RAE su doble faceta de autora y filóloga: cree que es importante que haya escritores en la academia de la lengua “para dejar por escrito lo que la sociedad piensa y siente a través del lenguaje” mientras que como filóloga desarrollará su función de “formalizar dentro de la norma aquello que recoge la literatura y que impulsa la sociedad”.
“Estamos viviendo los tiempos más convulsos y transformadores de la historia y todos esos cambios tecnológicos, políticos y sociales se reflejan en el habla”, ha indicado en una entrevista con EFE, en la que ha considerado que a la lengua “hay que despojarla de todo lo que sobra”, como dice su lema de “Limpia, fija, da esplendor”.
Y cuanto más accesible sea el lenguaje, “muchísimo mejor”, ha destacado Sánchez, que ha subrayado la importancia de la academia para facilitar la comunicación de los ciudadanos en asuntos como, por ejemplo, el “papeleo judicial”, pues cree que la “jerga jurídica” debe ser simplificada.
“Las metáforas y el lenguaje críptico son para la narrativa, pero la factura de la luz tiene que ser clara. Es una de las cosas que más me preocupa”, ha asegurado.
En su novela, Clara Sánchez habla también del impacto emocional del éxito y del fracaso de los autores porque “ser escritor de verdad no es fácil”, ha asegurado.
“Los pecados de Marisa Salas” cuenta la historia de un joven autor que alcanza un éxito arrollador con su primera novela y de una mujer que sufrió hace décadas la frustración de que su libro pasara completamente desapercibido y comprueba que el superventas del escritor es la historia calcada que ella escribió hace 30 años.
Señala que hay autores que figuran como tales pero que solo han escrito su libro parcialmente y no han pasado “por el túnel oscuro”. Pero la culpa la tiene quienes se prestan a eso, asegura, y no de lsa editoriales.
En “Los pecados de Marisa Salas” se habla más que de plagio, de apropiación, asegura. Y aunque explica que ella ha aprendido a escribir leyendo a otros autores, lo que es diferente es querer escribir como ellos: “es ese el plagio grosero que yo detesto”.
Clara Sánchez, que ha sido reconocida con premios como el Alfaguara (“Últimas noticias del Paraíso”), el Nadal (“Lo que esconde tu nombre”) o el Planeta (“El cielo ha vuelto”), asegura que el mundo editorial también está “lleno de caprichos, de gustos y de momentos de oportunidad”, y hay novelas que pasan desapercibidas y luego obtienen un gran éxito, “porque su momento no había llegado”, algo que le ha ocurrido personalmente, ha confesado.
En su opinión, no es que se publiquen demasiados libros sino que la lectura “está en franca decadencia” por el uso de las redes sociales que, en su caso, ha dicho, le crean ansiedad.
Sobre la Inteligencia Artificial “que nos ha invadido”, asegura que no sabe cómo gestionar este asunto y ha considerado que elimina el esfuerzo intelectual, que es “lo que nos salva”. Incluso, asegura, se le quitan las ganas de escribir.
EFE