El secretario adjunto del movimiento chií libanés Hezbolá, Naim Qassem, dijo este viernes que el grupo está “dispuesto” a “contribuir” a la confrontación contra Israel, a pesar de que varios países han pedido que se mantenga al margen, informa Reuters.
El alto funcionario precisó que las principales potencias mundiales, los países árabes y la ONU han pedido “directamente e indirectamente” a Hezbolá que “no interfiera” en los combates en curso entre Israel y Hamás.
Según los expertos, Hezbolá es visto como un adversario mucho más peligroso que Hamás, al disponer de un gran arsenal de misiles y cohetes capaces de alcanzar prácticamente cualquier lugar de Israel.
Renuencia de las partes a escalar el conflicto
La mayoría de los expertos cree que ni Hezbolá ni Israel están interesados en escalar el conflicto en la región, a pesar de los combates esporádicos que se producen la frontera libanés-israelí. Sin embargo, señalan que una intervención de Hezbolá en la guerra con Hamás podría determinar su resultado.
En este contexto, Associated Press destaca la posición del primer ministro del Líbano, Najib Mikati, quien condenó las acciones de Israel y llamó a la comunidad internacional a trabajar para poner fin a las hostilidades. Al mismo tiempo, también pidió a todas las facciones libanesas actuar con moderación y no dejarse arrastrar por los “planes de Israel”, en clara alusión a Hezbolá.
Firas Maksad, experto en política libanesa de Middle East Institute, en Washington, enfatizó que “la población libanesa no tiene absolutamente ningún apetito por la guerra”, recordando que la última gran confrontación militar del año 2006 entre Israel y Líbano terminó con la muerte de más de 1.500 libaneses y la destrucción de enormes sectores de la economía, sumiendo al país en una grave crisis económica. El analista cree que una intervención en el conflicto actual causaría un “gran descontento” en la sociedad y Hezbolá tendría que hacer “esfuerzos para justificar y explicar por qué se involucraron en esta guerra”.
Anthony Elghossain, analista del Instituto New Lines, expresó una opinión similar, destacando que ni Israel ni Hezbolá parecen querer involucrarse en un “conflicto armado significativo y prolongado”, al menos que haya un error de cálculo o una violación de las reglas de enfrentamiento por parte de una de las partes.
Operativo terrestre israelí
En estos momentos, Israel se está preparando para lanzar un operativo terrestre a gran escala en la Franja de Gaza que amenaza con provocar una mayor escalada del conflicto.
Si bien Hezbolá se ha mantenido en gran medida al margen, personas cercanas al movimiento dicen que una ofensiva terrestre israelí podría ser un “posible desencadenante” para que el movimiento intervenga en el conflicto con consecuencias devastadoras, reporta AP. En este sentido, un funcionario libanés familiarizado con la situación dijo a la agencia, bajo condición de anonimato, que los militantes de Hezbolá están en alerta máxima.
“Cuando la situación requiera una mayor escalada, Hezbolá lo hará”, cita el medio a Qassim Qassir, un analista libanés cercano al movimiento militar, quien considera que el grupo “no permitirá la destrucción de Hamás y no dejará sola a Gaza frente a una incursión terrestre”.
Amenaza de una guerra en varios frentes
A Israel le preocupa que la apertura de un nuevo frente en el norte del país pueda cambiar el curso de la guerra, ya que el nivel militar de Hezbolá supera con creces al de Hamás, señala AP.
En este contexto, personas cercanas al movimiento y expertos en la región advierten que la situación podría cambiar en cualquier momento debido a las acciones de Irán, que, según ellos, podrían empujar a Hezbolá hacia la guerra.