Una crítica a la migración y la explotación de las mujeres en la maquila textil y en el trabajo doméstico atraviesa la exposición “Lugar de enunciación”, de la artista argentina Marisa Caichiolo, que se inaugura este viernes en el Museo de las Artes en Guadalajara (MUSA) de México.
En una entrevista con EFE, la también curadora explicó que esta muestra recoge obras de 2017 hasta la actualidad que llaman la atención hacia las diversas situaciones de dominación en la que están inmersas las mujeres y, a la par, resaltan su conexión con la naturaleza y la tierra.
“Las propuestas tienen una mirada muy feminista, pero muy personal, hago una invitación a reflexionar sobre el abuso a mujeres, la violencia de género también, el abuso en distintos ámbitos a las mujeres indocumentadas de todo el mundo que llegan y que tienen que trabajar en trabajos domésticos”, dijo.
Arte objeto, espacios interactivos, videos y performances sirven a Caichiolo para mostrar la manera en la que las mujeres sirven y cuidan a otras personas y cómo el trabajo de largas jornadas queda marcado en las prendas que miles de mujeres realizan en fábricas de los países asiáticos.
Con bordados rojos que simulan sangre sobre camisas de gran formato y cabellos que se entrelazan en bandejas de plata, Caichiolo lanza dos grandes mensajes: “No más sangre en tu ropa “ y “No más fronteras”.
En la pieza “¿En qué más puedo servirle?”, la artista mezcló cabello natural de mujeres en utensilios para comer como una forma de representar el poder que tiene lo femenino ante la dominación.
“En una elaboración de cómo algo tan orgánico como el cabello puede traspasar el metal, que es algo tan duro, como significado de que también se puede hacer con el patriarcado para romperlo de alguna manera”, indicó.
En una tercera sala, Caichiolo muestra “Semilla sagrada”, la réplica de una pieza que trabajó en 2020 durante el confinamiento por covid-19 en una montaña de California y en donde una comunidad cercana salió de sus casas y tuvo contacto con la tierra y la naturaleza, elementos considerados por diversas corrientes como algo femenino.
“Es una invitación de mujeres para tocar la fertilidad, desde la Tierra, la abundancia, la fertilidad, como una especie de ritual que siembre una semilla de esperanza”, explicó.
Las piezas han formado parte de otras exposiciones, pero se muestran por primera vez juntas en México.