En un comunicado de este miércoles, trataron de equilibrar las críticas de los ataques de Hamás contra Israel y el llamado a las “acciones urgentes” para ayudar a los civiles en el asediado enclave palestino que se quedan sin alimentos, agua, asistencia médica y lugares seguros donde refugiarse en medio de los incesantes bombardeos israelíes.

El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y los ministros de Exteriores del Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Japón e Italia hicieron hincapié en que respaldan “las pausas humanitarias y corredores para facilitar la asistencia que se necesita con urgencia, el movimiento de los civiles y la liberación de los rehenes”.

“Todas las partes deben permitir sin obstáculos el apoyo humanitario a los civiles, incluidos los alimentos, el agua, la atención médica, el combustible y refugio, y el acceso de los trabajadores humanitarios”, subrayaron.

También condenaron “el aumento de la violencia extremista de los colonos contra los palestinos”, algo que es “inaceptable, socava la seguridad en Cisjordania y amenaza las perspectivas de una paz duradera” con el pueblo palestino.

Los altos diplomáticos enfatizaron que el G7 está trabajando intensamente “para impedir que el conflicto se intensifique y se extienda más”, y también recurre a las sanciones y otras medidas “para negar a Hamás la capacidad de recaudar y utilizar fondos para perpetrar atrocidades”.

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