El sibo es un trastorno digestivo ocasionado por un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado que provoca síntomas como hinchazón o dolor abdominal. Este problema poco conocido se ha extendido en redes sociales y los especialistas alertan de los riesgos del autodiagnóstico y nos explican en qué consiste esta enfermedad y cómo diferenciarla de otras de tipo digestivo.
El sibo (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado) es una enfermedad caracterizada por la presencia anómala y excesiva de microorganismos en el intestino delgado. Quienes lo padecen producen hidrógeno en exceso en esa parte del aparato digestivo debido a la fermentación de los carbohidratos que digieren.
Se trata de una patología que puede mermar la calidad de vida por los molestos síntomas, sobre todo si no se diagnostica o no se trata de manera adecuada.
Para determinar si detrás de nuestros problemas intestinales se esconde el sibo, existe una prueba que ayuda a los profesionales a definir el diagnóstico.
Se trata de una patología más común en mujeres que en hombres y sobre todo en población joven. Muchas chicas a través de redes sociales están asociando su malestar digestivo con el sibo y los expertos alertan del riesgo que supone un posible autodiagnóstico.
Los doctores Miguel Ángel Rodríguez Gandía, médico digestivo en el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid; Asun González, bióloga especializada en microbiota; y Andrea Calderón, nutricionista y profesora de Nutrición en la Universidad Europea, nos explican qué es realmente el sibo, cómo podemos detectarlo, cuales son sus síntomas y cómo diagnosticarlo, pero sobre todo cómo no confundirlo con otras patologías o enfermedades intestinales.
Qué es el SIBO
El sibo es un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado que produce malestar y síntomas digestivos en quienes lo padecen.
“Lo más habitual es que tengamos una microbiota más elevada en el intestino grueso y en el colon, pero que el intestino delgado tenga muchos menos microrganismos”, explica la bióloga Asun González.
Según los expertos, el sibo en población sana es poco frecuente pues es una patología que generalmente es causada por otros problemas en la microbiota.
“Generalmente son otras patologías o situaciones patológicas las que pueden producir un aumento de microorganismos en el intestino delgado, que es lo que genera problemas y síntomas asociados a sibo, pero para ello tenemos que diagnosticarlo y tratarlo”, precisa el doctor Miguel Ángel Rodríguez Gandía.
“En nuestra flora, las bacterias que tenemos son fundamentales y esenciales para nuestro organismo. Estas bacterias que generalmente crecen y actúan en el intestino grueso, causan problemas si crecen en exceso en el intestino delgado, donde no deberían desarrollarse. Así se produce el sibo y todos los síntomas asociados al sibo” añade el médico.
¿Cuáles son los síntomas del SIBO?
“Los síntomas son muy variables y precisamente de eso se deriva un poco la complejidad de esta enfermedad y de su tratamiento”, afirma Asun González, también asesora nutricional.
Los expertos coinciden en que los síntomas más habituales son la hinchazón y la distensión abdominal, los gases, la diarrea o, por el contrario, el estreñimiento.
“También se le pueden asociar síntomas extraintestinales ya que el intestino se considera cómo un segundo cerebro y está demostrado que ambos órganos tienen conexión directa”, sostiene González.
Por eso, prosigue la especialista, muchas personas con esta patología sienten una especie de niebla mental, están más distraídos, más confusos y más cansados debido también al agotamiento que produce algunos de sus síntomas principales como la diarrea.
No se da en un rango de edad en concreto y puede afectar en cualquier momento de la vida y en cualquier circunstancia. Es más común en mujeres, pero también el sibo lo pueden sufrir los hombres.
“Además, como el cerebro y el intestino están más conectados de lo que creemos, muchas veces se puede generar a raíz de fuertes etapas de estrés. No es que el estrés como tal genere sibo, pero sí que pone al cuerpo constantemente en alerta y en consecuencia hay cada vez una mayor presencia de microrganismos”, explica la bióloga.
Diagnóstico y tratamiento
Cuando hay una sospecha de sibo los expertos realizan el test del aliento que mide los gases que nuestras bacterias degradan de forma normal.
“Para el sibo existe un test de lactulosa, como así se conoce. Es un test con el que podemos medir los gases que expulsan nuestras bacterias de forma natural. Lo que se mide generalmente es el metano, pero sobre todo el hidrógeno2, explica el doctor Rodríguez Gandía.
“Se da una especie de azúcar por la boca y se mide el hidrógeno en el aire espirado y se calcula cuánto tiempo tarda ese azúcar en llegar al colon”, sostiene el especialista en digestivo del Hospital Universitario Ramón y Cajal.
Si ese hidrógeno en el aire espirado aparece antes de tiempo, explica, se asume que hay bacterias en el intestino delgado pero no tiene porque ser así.
Lo que ocurre es que ese azúcar puede tardar más tiempo en llegar al colon en una persona que tiene un problema digestivo como el estreñimiento, o que tarde menos en una persona que tenga diarrea.
“Por eso, el test falla casi en el 50 % de las pruebas que se realizan porque realmente lo que están midiendo son las bacterias del intestino grueso, que son las normales y las que tenemos todo el mundo y no tanto las del intestino delgado “, afirma el doctor.
“El tratamiento general son antibióticos que se absorben en mínimas cantidades, es decir, que prácticamente actúan solo en el intestino. También hay profesionales que recomiendan un probiótico”, añade el médico.
Profundizar en el diagnóstico
Los expertos sostienen que el sibo suele ser la señal de alerta de otro problema digestivo previo y causante de ese crecimiento anómalo de bacterias en el intestino grueso.
El sibo esta íntimamente relacionado con otras patologías digestivas como las intolerancias y, sobre todo, con el Síndrome del Intestino Irritable (SII). De hecho, las personas con síndrome de intestino irritable pueden desarrollar sibo con el tiempo.
Además, el sibo comparte muchos síntomas con las enfermedades inflamatorias intestinales y otros problemas digestivos e intolerancias.
Los especialistas coinciden en que lo principal es acudir a un profesional cuando aparecen las molestias para que busque las posibles causas a ese sobrecrecimiento bacteriano y determine un diagnóstico descartando otro.
Andrea Calderón, nutricionista y profesora de Nutrición de la Universidad Europea afirma: “El sibo se puede curar. Pero, si yo trato el sibo y no presto atención a otras posibles causas de mi malestar, es probable que al cabo de unos meses vuelva a desarrollar sibo. Es fundamental buscar la causa del sibo o la posible enfermedad digestiva oculta”.
Cuidado con los bulos y la información falsa
Andrea Calderón, afirma: “Aunque se conoce desde los años 90, ahora parece que se ha puesto de moda hablar sobre el sibo en redes, lo que lleva a muchas personas a autodiagnosticarse, con las consecuencias negativas que eso puede suponer para la salud”.
En este sentido y para prevenir posibles autodiagnósticos, los médicos alertan y hacen un llamamiento para que todo aquel que tenga estos síntomas o malestar intestinal acuda a un profesional que determine un diagnóstico y le ofrezca las mejores soluciones.
“Digamos que las redes, por un lado, pueden ayudar a que se conozca la enfermedad y, en este sentido, puede tener algo positivo, pero también hay un aspecto negativo y es que muchas personas hacen su propio diagnostico sin consultarlo antes con un profesional”, añade la nutricionista.