Según la OIT, 2.6 millones de muertes son provocadas por enfermedades relacionadas con el trabajo, mientras que los siniestros laborales causan unas 330,000.

Accidentes laborales y enfermedades relacionadas con el trabajo causan la muerte de unos tres millones de personas cada año y lesiones a otros 395 millones, indicó hoy un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El estudio, publicado en coincidencia con el XXIII Congreso Mundial sobre Seguridad y Trabajo que se inaugura en Sidney (Australia), indica que la mayoría de las muertes anuales (unos 2.6 millones) son provocadas por enfermedades relacionadas con el trabajo, mientras que los siniestros laborales causan unas 330,000.

Las muertes relacionadas con el trabajo causadas por enfermedades cardiovasculares representan un 32.3% del total, mientras que las neoplasias malignas (tumores) provocan un 27.5% de estos fallecimientos, las dolencias respiratorias un 14.2% y las heridas en accidentes de trabajo un 11.2%.

El estudio también muestra los principales riesgos laborales que pueden llevar a fallecimientos relacionados con el trabajo, siendo el mayor la exposición a largos horarios (más de 55 horas semanales), que se calcula contribuyó a 744,000 muertes en 2016.

A continuación destacan otros como la exposición a partículas, gases y humo en el aire (450,000 fallecimientos en el año estudiado), a asbesto (209,000), o a silicio (42,000).

El estudio señala que la mortalidad laboral es mucho mayor en hombres (108.3 casos por 100,000 trabajadores) que en mujeres (48.4 casos), e indica que un 63% de estos fallecimientos se concentran en la región de Asia-Pacífico, también la que tiene una mayor población activa en el mundo.

Con el fin de frenar estas tendencias la OIT ha adoptado la nueva Estrategia Mundial de Seguridad y Salud en el Trabajo para el periodo 2024-2030, con el objetivo de “promover, respetar y hacer realidad progresivamente el derecho fundamental a un entorno de trabajo seguro y saludable”, destacó la organización en un comunicado.

La estrategia descansa en tres pilares: mejorar los marcos nacionales de seguridad y salud laboral, reforzar la coordinación, la asociación y la inversión en esta materia, y optimizar los sistemas de gestión en los lugares de trabajo, adaptándolos mejor a riesgos específicos de cada ocupación.

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