Margarito Flores y su hermano gemelo Pedro se preparaban ansiosamente en un lujoso cuarto de baño del sur de Zapopan, Jalisco, para llamar a Joaquín “El Chapo” Guzmán y hablar sobre un cargamento de heroína que acababan de recibir.
Mientras Margarito se paseaba, Pedro pulsó el botón de grabación de su aparato de audio y realizó la llamada. En cuestión de minutos, los gemelos narcotraficantes, que ahora eran informantes de las fuerzas de seguridad, tenían pruebas que ayudarían a capturar y condenar en 2019 a “El Chapo“, uno de los capos de la droga más famosos del mundo.
“Sentíamos que presionar ‘grabar’ iba a cambiar (…) el mundo del narcotráfico“, dijo Margarito Flores, de 42 años, durante una entrevista reciente con Reuters. “Sentíamos que nuestra cooperación iba a marcar la diferencia”.
Flores, que en su día dirigió con su hermano una red multimillonaria de distribución de estupefacientes en la zona de Chicago, trabaja ahora al otro lado de la ley con Dynamic Police Training (DPT), una empresa con sede en Illinois que forma a investigadores, agentes y policías de narcóticos en el país.
Su experiencia como narcotraficante ha dado a la policía y a los investigadores una visión desde dentro de cómo operan las grandes redes de narcotraficantes y ha ayudado a dar forma a las mejores prácticas para desmantelarlas, según los agentes que han seguido los cursos de formación ofrecidos por DPT.
Lo que Flores aporta “es algo que nunca he oído en 30 años de formación policial. Es una perspectiva que no está disponible en ninguna parte”, dijo Clint Thulen, que trabaja en un grupo de narcóticos en el área de Chicago. No quiso dar más detalles sobre el grupo operativo en interés de quienes forman parte de él.
Los investigadores policiales no suelen poder entrevistar y recabar información de personas que trabajan —o trabajaron en su día— como narcotraficantes de alto nivel, dijo Thulen.
“No sé si hay alguien ahí fuera que pueda sentarse hoy aquí y entender el narcotráfico estadounidense, el narcotráfico mexicano, como lo he hecho yo”, dijo Flores. “Vivo ambos lados desde todos los aspectos”.
Entre 2005 y 2008, Flores y su hermano dirigieron una célula de distribución, una de las mayores operaciones de narcotráfico de la historia de Chicago, para los cárteles de los Beltrán-Leyva y de Sinaloa de “El Chapo“.
La operación recibía más de mil 500 kilos de cocaína al mes y la distribuía por toda la ciudad y el país. Ganaron alrededor de mil 800 millones de dólares en tres años, según documentos de tribunales federales y del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Tras ser detenidos y condenados, los fiscales federales atribuyeron a los hermanos una “ayuda sin parangón” que contribuyó a sentar las bases del sólido caso del gobierno contra “El Chapo”.
Por su cooperación, los gemelos fueron puestos en libertad en 2020, cinco años después de que un juez federal les impuso una condena de 14 años de prisión y 12 años después de su detención inicial.
En septiembre, Flores participó en su primer seminario de formación en el departamento del alguacil del condado de Kane, al oeste de Chicago, donde pasó un día con unos 130 miembros de las fuerzas del orden locales, estatales y federales. Desde entonces, Flores ha participado en varios seminarios similares por todo Estados Unidos.
“Ha estado allí, lo ha hecho. Sabe cómo funcionan estas organizaciones. Sabe lo que es crucial para desmantelarlas”, dijo Jeramy Ellison, que fundó Dynamic Police Training en 2022, tras servir como oficial de narcóticos en Texas y en el Ejército de Estados Unidos.
El seminario en el área de Chicago se centró en la necesidad de que las fuerzas del orden detengan la mayor parte del flujo de dólares, usados para financiar el narcotráfico, hacia México y otros países como China y Colombia.
“Esto es lo que alimenta a los cárteles de la droga. Eso es lo que alimenta la corrupción y la muerte en México y en otros países”, afirmó Flores, señalando que su organización exportaba a México entre 30 millones y 50 millones de dólares al mes.
Uno de los aspectos del entrenamiento que llamó la atención de Thulen fue la rapidez con la que Flores y su hermano eran capaces de cambiar sus modos de comunicación y transporte para eludir a las fuerzas de seguridad.
El entrenamiento hizo que Thulen prestara especial atención a las cargas en remolques, contenedores de transporte y otros vehículos con gran capacidad de carga, dijo.
“Hay que tener imaginación para pensar que un semirremolque puede ir cargado hasta un tercio de su capacidad con contrabando y divisas”, añadió.
Flores, quien salió de prisión en 2020, dijo que su formación también hace hincapié en la necesidad de que las fuerzas del orden locales, estatales y federales hagan un mejor trabajo compartiendo información sobre las investigaciones en curso y los sospechosos.
Además, Flores explicó cómo pasó de ser un traficante callejero de bajo nivel en el barrio Little Village de Chicago, donde creció, a realizar tratos internacionales con el propio “Chapo”, dijo Thulen.
“A los 17 años ya me había graduado. Tenía un título en narcotráfico”, dijo Flores, añadiendo que empezó en el negocio de la droga con su padre cuando tenía siete años.