Luego de la polémica por su frustrada candidatura presidencial, el gobernador del estado mexicano de Nuevo León, Samuel García, arremetió contra los partidos tradicionales a los que acusa de sabotear su postulación.
“El pinche PRIAN me bajó”, se quejó García durante un encuentro con empresarios, al que asistieron directivos de la empresa china LGMG, refiere El Universal.
El dardo del gobernador fue directo a los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y de Acción Nacional (PAN), a los que señaló de aliarse para ejecutar la maniobra que lo dejó fuera de la carrera presidencial, que ahora se disputan la oficialista Claudia Sheinbaum –favorita en las encuestas– y Xóchitl Gálvez, abanderada de las formaciones conservadoras.
García aprovechó la inauguración de una fábrica de elevadores de la empresa china LGMG para anunciar una serie de proyectos que, según sus palabras, permitirán una inversión global de capital asiático que ronda los 5.000 millones de dólares.
“Este anuncio cierra ya la cifra histórica de 50 billones de dólares de inversión, en tan solo dos años; yo digo 50 billones. De hecho, tenía un spot bien padre para la precampaña para la presidencia, pero el pinche PRIAN me bajó”, aseveró el gobernador.
¿Qué pasó?
El conflicto con la candidatura presidencial de García se generó cuando pidió licencia como gobernador de Nuevo León y, por decreto, dejó a cargo como interino a su secretario general de Gobierno, Javier Navarro Velasco, quien también es miembro de su partido.
Sin embargo, el Congreso local designó como gobernador interino a Arturo Salinas Garza, presidente del Tribunal de Justicia, y militante del Partido Acción Nacional (PAN) que, a su vez, es aliado al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Entonces se generó una inédita crisis institucional en Nuevo León, ya que había un gobernador con licencia y precandidato presidencial; otro interino designado por él; y uno más elegido por el Congreso. Después, una sesión culminó con el nombramiento de Luis Enrique Orozco, vicefiscal del Ministerio Público de Nuevo León, para que asumiera el cargo por seis meses.
Ante este embrollo, García acudió de manera inesperada a la sede del Gobierno local y anunció que renunciaba a su precandidatura presidencial para volver al Gobierno de Nuevo León.