Un total de 183 conflictos regionales y locales han sido documentados a nivel mundial este año. Se trata de la cifra más alta registrada en tres décadas, informó Bloomberg, citando al Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres (IISS, por sus siglas en inglés) que publicó esta semana la última edición de su estudio anual sobre conflictos armados.

El informe “pinta un panorama sombrío de violencia creciente en muchas regiones, de guerras que se resisten crónicamente a la negociación de la paz”, así como destaca “la intratabilidad como característica definitoria del panorama de conflicto global contemporáneo”, indicó el medio. 

En el documento no se abordan las confrontaciones de grandes actores en el escenario internacional como China, Rusia, EE.UU. y sus aliados, pero se menciona que los movimientos como Hamás “cuentan con el apoyo de grandes potencias disruptivas”. Según se afirma, “el mundo no se ve inmediatamente amenazado por una gran guerra, como las de 1914-18 y 1939-45, las tensiones están aumentando”, especialmente entre Washington y Pekín.

“Después de un siglo en el que el continente solo había experimentado guerras limitadas […] demasiados estadistas vieron la guerra como un instrumento político utilizable, lo que resultó ser un error de juicio catastrófico”, reza el informe. El IISS comunicó que aún se mantienen abiertos los conflictos entre China y Taiwán, Rusia y Ucrania, Azerbaiyán y Nagorno Karabaj, así como entre la India y Pakistán, entre otros. Además, “persiste el peligro de que la devastación de Gaza por parte de Israel […] precipite a una lucha más amplia en el Medio Oriente”.

Entre tanto, los autores del estudio advirtieron que “la aceleración de la crisis climática continúa actuando como un multiplicador tanto de las causas fundamentales de los conflictos como de las debilidades institucionales en los países frágiles”. De acuerdo con las estadísticas, la intensidad de los conflictos crece cada año: las muertes aumentaron un 14 % y los eventos violentos un 28 %.

El mundo se vuelve “dominado por conflictos cada vez más intratables y violencia armada en medio de una proliferación de actores, motivos complejos y superpuestos, influencias globales y un cambio climático acelerado”, alertaron los especialistas del IISS. Al mismo tiempo, “los Estados autoritarios rechazan rotundamente la doctrina de que la ONU tiene derecho a intervenir en Estados donde se violan los derechos humanos”, recordó Bloomberg.

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