El 1 de enero de 1994, cuando México iniciaba una nueva etapa con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio (TLC), el baño de realidad irrumpió cuando en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, apreció el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) para reivindicar el papel de los indígenas en México, hecho del que ya han pasado hace 30 años.  

Desde las montañas de Chiapas, el EZLN hizo su aparición pública al declararle al Estado mexicano una guerra contra el olvido, abanderada por un personaje que a la postre pasaría a la historia como uno de los luchadores sociales más importantes: El Subcomandante Marcos.

Los golpes al gobierno de Carlos Salinas de Gortari con los asesinatos del candidato del PRI a la presidencia, Luis Donaldo Colosio Murrieta y del que fuera secretario general de ese partido, José Francisco Ruiz Massieu, lo debilitaron.

La aparición del EZLN fue el primer gran reto del naciente gobierno del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, el cual tuvo su gran desafío con la devaluación del peso y el llamado ‘error de diciembre’ que llevó al país a una grave crisis económica. 

El EZLN se convirtió en ejemplo global de autonomía indígena frente al modelo capitalista al exigir el reconocimiento de los pueblos originarios, el fin de la dominación y explotación y condiciones de vida dignas, iguales y justas para estos.

“Mientras vivimos un proceso de descomposición social en México, en Chiapas hay comunidades que administran sus territorios y se garantizan lo necesario para vivir”, comentó Raúl Romero Gallardo, técnico académico del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM en un artículo de la Revista Global.

El zapatismo, una esperanza

El levantamiento zapatista tuvo su antecedente cuando las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN) planeaban cambiar el modelo político y económico de México en los años 60 y el gobierno de aquellos años localizó y asesinó a los principales líderes del movimiento.

Los sobrevivientes se refugiaron en Chiapas y, para el año de 1983, crearon el EZLN, grupo que en 1994 decidió tomar las cabeceras municipales de San Cristóbal de Las Casas, Altamirano, Las Margaritas y Ocosingo, Oxchuc, Huixtán y Chanal.

La respuesta del gobierno fue enviar a militare para combatirlos y fue así como inició el enfrentamiento entre el EZLN y las Fuerzas Armadas dejó más de 100 muertos, 46 zapatistas entre ellos.

Se presentaron tensiones que fueron reprimidas por la fuerza militar hasta que se inició el diálogo entre el Gobierno y los rebeldes.

“Construyeron un sistema de comunidades autónomas autosostenibles que se dan escuela, vivienda, trabajo y salud, y que tienen equipos de radio comunitaria y de documentalistas. Ello, dice el subcomandante Moisés, se debe a la recuperación y trabajo de la tierra. Esto les ha permitido vivir en asentamientos libres de feminicidios, desaparición forzada y con un sistema de justicia y seguridad con el que prosperan en una suerte de burbuja de paz en un contexto de Chiapas en guerra”, dijo el sociólogo y profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Raúl Romero Gallardo.

Con el tiempo, el objetivo de reivindicación de lo derechos indígenas se fue diluyendo, las comisiones creadas par atender el problema de las comunidades no concretaron sus objetivos y los Acuerdos de San Andrés Larráinzar son ahora testimonios históricos de lo que pudo ser un cambio trascendental para el país.

30 años después

A tres décadas del levantamiento, las comunidades enfrentan actualmente otros desafíos que van más allá de la amenaza de las fuerzas armadas del Estado.

Las comunidades zapatistas enfrentan ahora el creciente control territorial del crimen organizado y las pugnas entre cárteles que que se disputan el territorio chiapaneco.

El EZLN durante los últimos años había advertido con insistencia sobre el avance de los grupos criminales en su territorio y en el estado,.

De hecho, el zapatismo se encuentra vivo y hora en la celebración de 30 años de su aparición, retomarán su movilización, en un contexto de la inacción del Estado y la descomposición social en Chiapas provocada por la violencia.

Así, este 1 de enero de 1994, se cumplen 30 años de la irrupción del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).  

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