Israel ha advertido que puede estallar “otra guerra” en Oriente Medio tras el ataque del movimiento libanés Hezbolá contra la base de control aéreo israelí en el monte Merón el sábado pasado.

En respuesta al ataque, que dejó miles de personas desplazadas en el norte del país, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dijeron que habían llevado a cabo una ofensiva contra objetivos de Hezbolá en el Líbano, incluidos dos “importantes” complejos militares pertenecientes a la organización chiita libanesa.

“Hezbolá ha decidido entrar en esta guerra, y le estamos exigiendo precios cada vez más altos. Ayer pagó con siete muertos, ayer pagó con dos objetivos muy, muy importantes, y estamos aumentando el precio que paga”, indicó el teniente general Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor de las FDI.

También afirmó que el Ejército israelí tiene la responsabilidad de devolver a sus hogares a los residentes desplazados, lo que se conseguirá mediante la presión militar sobre Hezbolá, “o de lo contrario tendremos otra guerra”.

La escalada de los combates transfronterizos se produce pocos días después de que un ataque de las FDI contra Beirut matara a Saleh al Arouri, alto cargo del movimiento palestino Hamás.

Por su parte, el medio israelí Ynet confirmó que fue atacada la base aérea de Merón, apodada ‘Los Ojos del Estado en el Norte’, capaz de crear la “imagen aérea de todos los aviones en el espacio aéreo en la zona”.

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