El primer domingo de junio próximo, un poco más de seis millones de electores veracruzanos estarán en condiciones de poder decidir quién gobernará el estado de Veracruz durante el periodo 2024-2030, a partir del 1 de diciembre de este año.
Ese día, o dentro del plazo que establece la ley, el INE determinará cuántas personas acudieron a votar por las diversas fórmulas y quien de los dos contendientes principales logra el triunfo electoral. Concluido el cómputo y su calificación de Ley, la zacatecana Rocío Nahle García podrá saber si con todo el oficialismo apoyándola, su partido logró derrotar en las urnas al veracruzano José Francisco Yunes Zorrilla.
En el mes de junio, Pepe Yunes podrá constatar si la segunda propuesta que presentó a sus paisanos, logró por fin convencerlos para convertirse en gobernador, o si, al modo de López Obrador, tendrá que buscar una tercera contienda para echar todo su resto y vencer al oponente Si pierde este dos de junio, en seis años tendría edad propicia y quizá oportunidad política para una tercera y última lucha tras ese objetivo.
Pero en este instante y hasta el día de los comicios, los 6 millones de electores veracruzanos continuarán midiendo, evaluando y sopesando a estos dos contendientes: la de Morena y el del frente amplio conformado por el PAN, el PRI y el PRD, porque no se observa en el escenario estatal que el partido Movimiento Ciudadano y su propuesta, logren una presencia destacable en los números finales. En Veracruz Dante ha tenido sus infiernos y algunos infiernitos más.
El pueblo veracruzano observa, analiza, reflexiona, y más que nada, recuerda antecedentes, trayectorias, virtudes, méritos, carencias, tropiezos, fallas, defectos y errores imperdonables, además del tamaño y viabilidad de las propuestas sexenales de ambos.
Ya se verá si un veracruzano como Pepe Yunes y toda su fuerza y herencia veracruzana se deja vencer por una zacatecana enjundiosa con residencia y familia en Coatzacoalcos, sin embargo, una ciudad venida a menos, agobiada por el crimen y las malignas plagas, con todo y la innegable y observable influencia de Rocío Nahle.
En los días siguientes vendrá la intercampaña y después la campaña formal con sus obligados debates públicos que ayudan a aclarar el criterio y la opinión de audiencias y electores, y también, a demostrar las tablas, el conocimiento y experiencia de los participantes.
Mitines, acarreos, opulencias, encuestas no son el verdadero reflejo de lo que quieren los veracruzanos.