El papa Francisco aseguró hoy que “la lógica del odio y la violencia nunca se puede justificar”, con motivo del día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto, que se celebra este sábado.
“Que el recuerdo y la condena del horrible exterminio de millones de personas hebreas y de otras confesiones, acaecido el siglo pasado, nos ayude a todos a no olvidar que la lógica del odio y la violencia nunca se puede justificar, porque niega nuestra propia humanidad”, dijo.
Su mensaje, publicado en la cuenta del pontífice en la red social X, iba acompañado del hastag “We Remember” (Nosotros recordamos) con motivo de la Jornada de la Memoria que se celebra cada 27 de enero, el día que las tropas aliadas entraron en el campo de exterminio de Auschwitz.
También la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quiso recordar “el horror de la Shoah”, con el que “la humanidad ha tocado su abismo” y dijo que ahora la comunidad judía atraviesa “días particularmente difíciles”.
“El feroz ataque de Hamás del 7 de octubre ha desatado una nueva ola de odio contra el pueblo israelí y ha reavivado los focos de antisemitismo que nunca se habían extinguido del todo y que han cobrado nuevo vigor, muy a menudo ocultos tras las críticas a las decisiones del Gobierno israelí”, dijo.
Meloni añadió que “el antisemitismo es una plaga que hay que erradicar”, algo que es “una prioridad” de su Gobierno, que ha nombrado a un Coordinador Nacional para la lucha contra el antisemitismo y aprobado una ley para crear “el Museo de la Shoah”.
“En Roma está presente la comunidad judía más antigua de Europa y la Ciudad Eterna no podía dejar de acoger una institución museística” así, “que se ocupará de transmitir la memoria de la Shoah y contribuirá de manera decisiva a que la maldad del plan criminal nazi-fascista y la vergüenza de las leyes raciales de 1938 no caigan en el olvido”.
Este año se cumple el 79 aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau y se conmemora a los seis millones de mujeres, varones y niños judíos, así como a todas las demás víctimas, entre ellas cientos de miles de gitanos, asesinados durante el Holocausto.