Activistas y migrantes calificaron de inhumana la ley SB4 de Texas a la vez que lamentaron que sea utilizada con fines electorales, en medio del desconcierto por las decisiones judiciales contradictorias y la pelea entre el gobierno de ese estado y el de Estados Unidos por la crisis migratoria que vive la frontera con México.
Así lo indicó Miguel Perdomo, un migrante que proviene de Venezuela, y esperaba este miércoles para cruzar el río Bravo a través del punto 36 entre de la frontera entre Juárez y El Paso, un lugar donde nuevamente hay mucha presencia de personas en movilidad.
“Estamos con miedo, o sea aquí estamos arriesgándolo todo: que nos regresan a nuestro país, o de pronto, Dios quiera, que nos den la oportunidad de que nos procesen y nos dejen ingresar a los Estados Unidos para poder trabajar y ayudar a nuestra familia de aquel lado, porque ellas se encuentran en Venezuela”, señaló a EFE.
La ley SB4, una de las medidas antimigrantes más drásticas en la historia de Estados Unidos, que convertiría en delito el que un extranjero ingrese a Texas de forma irregular, además de facultar a las fuerzas estatales de realizar arrestos migratorios y deportaciones.
Su aplicación desató caos este martes, cuando la Suprema Corte de Estados Unidos primero permitió aplicar la ley antes de escuchar argumentos de fondo, pero en la noche el tribunal de apelaciones del Quinto Circuito suspendió su entrada en vigor.
Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador avisó este miércoles que su gobierno no aceptará a migrantes deportados por el gobierno de Texas si entra en vigor la “ley draconiana” SB4, después de que estuviera vigente por unas horas.
Mientras las disputas judiciales se suceden en los tribunales de Estados Unidos, la situación en la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso, Estados Unidos, es dramática.
Más de un centenar de personas en movilidad quedaron varadas por horas entre la cerca de navajas y el río Bravo, donde aguantaron vientos de hasta 40 kilómetros por hora y temperaturas cercanas a los cero grados mientras imploraban por agua y comida, según constató EFE este miércoles.
Los migrantes señalan que siguen saliendo de sus países por la falta de trabajo y de seguridad pública en una ruta hacia Estados Unidos en la que arriesgan su vida.
“Lo hemos pasado muy duro. El tren, cerros, lomas, para pasar los retenes ha sido muy duro. Pero queremos pasar para buscar una mejor vida, por nuestros hijos y todo. Porque en nuestro país no hay trabajo, no hay nada”, afirmó María José Gutiérrez González, de Nicaragua, mientras llora de frustración sentada en la orilla del río.
Electoralismo con los migrantes
El pastor Gigio Heredia, director del albergue Hope Center en Ciudad Juárez, subrayó que esta ley agrega un desaire más a la travesía difícil que han tenido los migrantes hasta la frontera con Estados Unidos.
“Pues yo la califico como una ley inhumana porque, la verdad, no están cometiendo ningún crimen, ningún delito. Yo creo que es un riesgo todavía mayor para su vida el hecho de que vayan a poder atentar en contra de la libertad de ellos, y pues siendo que no son criminales”, explicó.
Heredia también señaló que es lamentable que el tema político esté pesando tanto sobre la forma en la que el gobierno texano está tratando a los migrantes, en plena campaña electoral paras las elecciones presidenciales de Estados Unidos que tendrán lugar en noviembre.
Todo ello en medio del flujo migratorio inédito de los últimos años en la región, donde México reportó una subida de cerca del 77% en la migración irregular en 2023, con más de 782 mil extranjeros sin documentos detectados.
Además, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) declaró en septiembre pasado a la frontera entre México y Estados Unidos como “la ruta migratoria terrestre más peligrosa del mundo”, con más de 686 migrantes fallecidos o desaparecidos en 2022.