En la celebración del título de liga de hace dos años en Cibeles, Carlo Ancelotti quedó retratado fumando un habano, detrás de unos anteojos de sol con una montura y patillas aparatosas. Parecía un dandi, una imagen infrecuente en alguien que va por la vida e hizo una carrera en el fútbol con la receta de la discreción y la formalidad. La de un hombre formado en el campo, entre vacas, en su Reggiolo natal. En 2022, Carletto tenía un motivo para entregarse a un instante de ostentación y hedonismo: al consagrarse con Real Madrid se convertía en el primer director técnico en conquistar los cinco torneos de liga más importantes de Europa (España, Inglaterra, Italia, Alemania y Francia).
Ahora, en una temporada en la que Brasil intentó hasta último momento convencerlo -sin resultado positivo- para que asuma en el seleccionado, Ancelotti se afirma en Real Madrid al ser campeón de la liga con cuatro fechas de anticipación. Una combinación de resultados aceleró la definición: la goleada 3-0 del líder sobre Cádiz y la derrota 4-2 de Barcelona ante Girona.
Real Madrid jugó en el primer turno y debió esperar que unas horas más tarde lo hiciera Barcelona para saber si se apoderada del 36° título de liga de la historia. Aun con la gloria a la vuelta de la esquina, Ancelotti bajó un mensaje para tener los pies sobre la tierra: “Si hay que festejar, lo haremos el próximo domingo, algo que la afición entiende perfectamente. Nada. A casa, tranquilidad y pensar en el Bayern. Mañana hay entrenamiento. Debemos enfocarnos en el miércoles”.
Ancelotti, viejo zorro de los bancos, no se confunde ni marea. Evitó que las burbujas por los festejos de un título anunciado relajen la atención sobre un objetivo que se presenta más arduo: disputar la vuelta de la semifinal de la Champions League, tras el 1-1 en Alemania.
En los últimos 20 años se acentuó la hegemonía de Real Madrid y Barcelona -sobre todo con Lionel Messi- en la liga. Solo el Atlético de Madrid de Diego Simeone, en dos temporadas, se interpuso en el reparto de títulos entre los dos gigantes, cuyo poderío económico les permite ampliar las diferencias sobre el resto. Aunque en este curso hubo una sorpresa, un aire renovador: Girona, con el 15° presupuesto entre los 20 participantes, fue puntero durante varias fechas y con la victoria de este sábado sobre Barcelona lo desalojó del segundo lugar.
Lo más destacado de Real Madrid 3 – Cádiz 0
Con esa perspectiva, la conquista del equipo de Ancelotti suena a rutina, a expediente que firma periódicamente. De ahí a quitarle méritos a lo conseguido hay un paso. Sin embargo, Real Madrid necesitó de la mano, la gestión y la sabiduría de Ancelotti para conformar una campaña con 27 triunfos, seis empates y una sola derrota (ante Atlético de Madrid) . El entrenador que el 10 de junio cumplirá 65 años debió reacomodar la formación por diversas circunstancias que lo pusieron a prueba. Y en todas ellas salió airoso, una vez más resolvió ayudado por su olfato y correcta lectura de los acontecimientos, ahora con la colaboración de su hijo Davide en el cuerpo técnico.
Ancelotti debió afrontar en julio pasado la imprevista salida de Karim Benzema, uno de los mejores centro-delanteros de la historia del club. El francés quiso cerrar un ciclo y se dejó tentar por los petrodólares de Al Ittihad, donde unos meses más tarde llegó Marcelo Gallardo. El presidente Florentino Pérez no invirtió en un N° 9 de oficio, prefirió gastar 103 millones de euros en Jude Bellingham, un media-punta. Y como una alternativa para delantero de área, con claro destino de suplente, incorporó a préstamo a Joselu.
Las graves lesiones desintegraron el triángulo defensivo de la alineación. Por roturas de ligamentos en las rodillas quedaron al margen en gran parte de la temporada el arquero Thibaut Courtois y los zagueros centrales David Alaba y Militao. Courtois, tras recuperarse, sufrió una lesión en los meniscos y recién este sábado pudo debutar en la Liga.
El club tampoco salió a reforzarse con la contratación de zagueros centrales, quedó con Rüdiger y Nacho como únicos especialistas. Cuando faltó el alemán, Ancelotti se adaptó en varios encuentros con la ubicación del mediocampista Aureliem Tchouameni en el centro de la defensa; hasta Dani Carvajal, pese a su baja estatura, fue una alternativa.
Real Madrid sí había movido ficha para sustituir a Courtois: trajo a Kepa Arrizabalaga, que en 2018 se convirtió en el pase más alto para un arquero con los 80 millones de euros que pagó Chelsea. Pero el guardavallas formado en Athletic Bilbao no dio seguridad y garantías. Ancelotti no se encandiló con el mayor cartel que tenía el vasco; recurrió al ucranio Andriy Lunin, que hacía cuatro años que estaba en el plantel y siempre había ocupado un lugar secundario. Terminó siendo titular en la Liga y en la Champions League, donde fue clave en la eliminación de Manchester City, tanto en los 120 minutos como en los penales.
A falta de un goleador nato como Benzema, la eficacia se repartió entre varios nombres. La adaptación de Bellingham fue instantánea: marcó ocho goles en sus primeros nueve partidos (suma 18 y cuatro asistencias en 26 presencias) . Gran impacto del inglés. Vinicius aumentó su cuota frente al arco: pasó de los 10 tantos de la temporada anterior a los 13 de la actual; también Rodrygo, de 9 a 10. Brahim Díaz fue un revulsivo entrando desde el banco: seis festejos.
La cuestión más delicada con la que debió lidiar Ancelotti fue la de quitarle la condición de titulares indiscutidos a dos próceres de Real Madrid. Luka Modric y Toni Kroos. De 38 años el croata y 34 el alemán, la convivencia permanente de los dos en el medio resentía la cuota de energía y despliegue que aseguran Camavinga, Valverde y Tchouameni. No se trataba de tirar por la ventana a dos futbolistas aun vigentes como Modric y Kroos, pero sí que promediaran minutos entre el campo y el banco de los suplentes. A Ancelotti le toca gestionar el tramo final en Real Madrid de dos figuras que marcaron una época. Estaba el riesgo de que se generara una tensión en el vestuario. Modric fue al que más le costó reprimir alguna mueca de fastidio, pero primó el profesionalismo y el respeto que Ancelotti profesa para vincularse con todos, veteranos y juveniles.
Entre los jugadores que van surgiendo de la cantera, y que tanto les cuesta hacerse un lugar en la primera división, Ancelotti le dio pista a Nicolás Paz (19 años), nacido en Tenerife, pero también con documento argentino por su padre, el exdefensor Pablo Paz. Volante creativo, Paz, que integró el Sub 20 argentino y ya recibió una convocatoria de Lionel Scaloni para el seleccionado mayor, disputó 19 minutos distribuidos en cuatro partidos del año pasado (Valencia, Granada, Cádiz y Betis). Presencia testimonial, de canterano que asoma. Desde 2014, con Ángel Di María, Real Madrid no alineaba a un argentino en primera división. Ancelotti le augura un buen futuro a quien convirtió un gol frente a Napoli por la Champions League: “Créanme, tiene todas las cualidades para jugar muchos años aquí”. Lo dijo quien en sus dos ciclos en Real Madrid acumula 12 títulos, a dos del récord de los 14 de Miguel Muñoz. Volvió a ser campeón, esta vez sin habano, porque la obra de Ancelotti es pura sustancia, nada de humo.