A pesar de vivir en uno de los países con los índices de criminalidad más bajos del mundo, el escritor islandés Ragnar Jónasson lleva vendidos más de 4,2 millones de libros de sus historias de género negro, tanto las que transcurren en el pueblo de Siglufjördur como las protagonizadas por la sagaz inspectora Hulda Hermannsdóttir.
De visita en Barcelona (España), Jónasson habló este martes de su último título, ‘La isla’ (Seix Barral/Columna), protagonizado por Hermannsdóttir, el segundo de la serie, tras ‘La dama’, que transcurre en 1987, cuando una joven pareja va a pasar el fin de semana en una casa de veraneo de ella, en un fiordo remoto, en el que parece que no hay nadie más.
Jónasson desveló que después de seis volúmenes de su anterior serie, ‘Islandia negra’, con un policía novato de protagonista, Ari Thór, tenía ganas de emprender un “reto diferente”.
Inspirándose en algunas de las mujeres de su entorno como su madre y su suegra, creó al personaje de Hulda, a la que el lector conoce en el primer libro a punto de jubilarse y, en los posteriores, la irá viendo en sus primeros años como inspectora, yendo cronológicamente del presente al pasado.
Sin esconder que el auge de la novela negra en Islandia es algo “relativamente nuevo”, con pocas historias de ficción en este ámbito hasta este siglo, remarcó sin embargo que en su país desde hace siglos existe la tradición de “explicar relatos”.
Abogado de profesión, aunque cada vez más volcado en la literatura, precisó que en los últimos años creció “un poco” el tema delictivo en la isla, porque su población aumentó “y ya se sabe, más personas, más incidencias, pero la tasa de criminalidad sigue siendo muy baja”.
“En mi país es como si todo el mundo se conociera y se respetara, se trata bien y, espero, que siga así durante mucho tiempo”, apuntó.
En este viaje en el tiempo que realiza de la mano de Hulda, justamente, puede mostrar al lector otras capas del personaje y también “descubrir secretos escondidos”, igual como hace en la novela ‘Reykjavík’, que escribió hace un par de años, a cuatro manos, junto con la entonces primera ministra islandesa Katrín Jakobsdóttir, que ahora concurre como candidata a las elecciones presidenciales del próximo junio.
“La tasa de criminalidad es tan baja en Islandia -precisó- que para encontrar crímenes creíbles tienes que buscar casos antiguos”.
Sobre su experiencia con Jakobsdóttir, no obvió que fue a la vez “extraña y dura”, por lo que supuso de encontrar tiempo para acabar todo el proyecto, puesto que cuando ella “no estaba de viaje, estaba de reuniones”.
Lector voraz de Agatha Christie, a la que empezó a leer a los 13 años y a traducir al islandés a los 17, no ha rehuido que con sus novelas busca combinar el tratamiento del misterio que inventó la británica con la tradición nórdica “más oscura”.
“Islandia es un país bastante aislado y sí se tiene la sensación de estar en una habitación cerrada”, apostilló.
Los fiordos, lugares muy especiales
En cuanto a los fiordos en los que transcurren parte de sus historias, aseveró que para él son “lugares muy especiales” y, en el caso de las historias que sitúa en el pintoresco Siglufjördur, rememoró que solo se llega allí tras atravesar un túnel.
Preguntado sobre si la serie de Hulda acabará con el cuarto volumen que está preparando -el tercero se titula ‘La tormenta-, dijo que en principio sí, pero que creía que solo serían tres y ya lleva uno de más.
Debido, en parte, a que se ha rodado una serie sobre esta policía de 64 años en la actualidad, con la actriz sueca Lena Olin de protagonista, dirigida por Lasse Hallström y con él como productor ejecutivo.