El escritor nicaragüense Sergio Ramírez “vive” en Nicaragua a través de su literatura, incluso en su libro más reciente, a pesar de su exilio desde el 2021 y el despojo de su nacionalidad, que se rehúsa a perder, pues es en ese país “imaginario” donde permanece su infancia, su vida y sus recuerdos.
“Siempre mi escritura me está devolviendo al país perdido, que se vuelve un país imaginario. Todo lo que está en la memoria es imaginario. Uno va reconstruyendo y lo que no recuerda, lo inventa. Ese es el oficio del escritor”, dijo este martes en una entrevista a EFE el premio Cervantes.
“Yo puedo decir que siempre vivo en ese país (Nicaragua) a través de la literatura”, señala desde Panamá por la celebración de la XI edición de Centroamérica Cuenta, el festival literario itinerante más grande de la región, dedicado este año a la poeta nicaragüense-salvadoreña Claribel Alegría.
Ese evento, fundado por Ramírez en Managua en 2013, se celebra por primera vez en Panamá desde este miércoles al domingo, reuniendo a escritores latinoamericanos importantes como Gioconda Belli, Leonardo Padura u Horacio Castellanos Moya, entre otros.
La escritura, un proceso de sanación
La escritura – para el novelista – es un proceso de “rendición de cuentas” que ayuda a sanar momentos complicados, como es este último exilio, al que califica de “duro” pero “sobrellevadero” gracias a ese oficio.
“Si no hubiera sido inventado como castigo no sería duro. Quitarle a uno su país, cerrarle las puertas de regreso, siempre va a ser una pena. Hay que saber sobrellevarlo y creo que la mejor manera (…) es escribiendo sobre ese país, no olvidándolo. Siempre estará regresado en las memorias a través de la escritura”, dice.
Mientras se resigna a olvidar Nicaragua, articula: “Creo que uno siempre está apelando su propia conciencia de escribir, siempre hay un diálogo consigo mismo. La escritura viene siendo una rendición de cuentas, que es una buena sanación”.
El universo literario de Ramírez está inspirado -o ubicado- en Nicaragua, ejemplo de ello es su más reciente obra: ‘El Caballo Dorado’, una novela picaresca que da rienda suelta a la imaginación de Ramírez viajando desde la zona de los Cárpatos durante el imperio austro-húngaro hasta Managua en 1917, bajo la ocupación militar estadounidense.
El Premio Cervantes 2017 inicia ese libro con una cita de ‘El Quijote’ para relatar “el viaje que hace el carrusel (y) la princesa (coja) desde los Cárpatos (…) hasta llegar a las costas de Nicaragua en un momento en que un dictador está siendo derrocado y el país está viviendo la ocupación militar de los Estados Unidos”.
“Esta es una novela acerca de las ilusiones perdidas y de los grandes sueños”, agrega.