Ana Blandiana, último Premio Princesa de Asturias de la Letras, teme un “reseteo del mundo” y un “cambio del orden mundial” que favorezca las dictaduras frente a unas democracias “cuyo funcionamiento se ve cada vez más dificultado por sus propios principios políticos y escrúpulos morales”, lamenta la escritora rumana.
“Lo que está sucediendo en Europa no es la causa sino el efecto de este cambio”, responde a EFE por cuestionario, preguntada por la deriva que se vive en el continente, con partidos extremistas cada vez más fuertes, y una tensión capaz de derivar en el intento de asesinato de políticos como el primer ministro eslovaco.
Sin olvidar la invasión rusa de Ucrania, que a su juicio “ostenta todas las características de una guerra poscomunista”, y que por una “simple realidad geográfica” afecta a su país, muy cercano a los territorios que gobierna Vladimir Putin. “Desde hace siglos, la frontera que nos separa de Rusia es trasgredida siempre en una sola dirección, y ahora los drones rusos caen a menudo sobre territorio de Rumanía”, remarca.
Blandiana, que recibió la noticia del galardón la pasada semana, mientras se encontraba en un festival de poesía con su nombre en Rumanía, nunca ha eludido el compromiso político. El acta del jurado del Princesa de Asturias, reconocía que se trata de una “creadora radicalmente singular”, que ejerce una “poesía indómita” y que ha demostrado “su capacidad extraordinaria de resistencia frente a la censura”.
Nacida en Timisoara en 1942, la poeta, prosista, ensayista y periodista, creció en la dictadura de Ceaucescu, y era hija “de un enemigo del pueblo”, un sacerdote ortodoxo, por lo que su obra fue prohibida y ella convertida en una exiliada interior.
Usó su literatura como vía de escape, y así también se convirtió en un bálsamo para los lectores. “El efecto consolador del arte forma parte de su definición desde los antiguos griegos. Este es, creo, el significado de la famosa frase de Dostoievski de que la belleza salva al mundo”, remarca al respecto.
Y por eso, “cuando se produce el eco solidario del consuelo”, ella se siente realizada y feliz. “Prueba de ello es que incluso en las más duras condiciones no he abandonado nunca Rumanía, el lugar donde siempre ha funcionado este vínculo mágico”, explica.
Pero Blandiana -seudónimo de Otilia Valeria Coman- aclara que ella no escribe con esa finalidad. “Escribir siempre ha sido para mí sólo una imperiosa necesidad de expresión, ya que la escritura es de por sí suficiente en si misma” y nunca ha pensado para quién y con qué finalidad escribe.
Como señaló el dramaturgo, novelista y periodista mexicano Juan Villoro, galardonado con el Príncipe de Asturias en 2009 y que ha formado parte del jurado que ha elegido en esta ocasión a Blandiana, ella “es una de las principales voces de la poesía mundial y candidata al Nobel” que mucha gente va a descubrir ahora con la concesión de este premio.
La autora es conocida sobre todo por su poesía, pero siente que “las sombras tan complejas y difíciles de definir” de algunos de sus libros de prosa fantástica (‘Proyecto de pasado’, ‘Las cuatro estaciones’, editorial Periférica) “están emparentadas con la experiencia española de la guerra civil”, y por eso los recomienda -junto a sus versos- a sus nuevos lectores en este país.
La de Ana Blandiana es una de esas voces que van creciendo con el tiempo y que crea una poesía y una prosa que interpela de forma muy directa, porque tiene que ver con todos estos temas sociales y políticos, pero también íntimos, como la pérdida de un ser querido.
EFE