El Real Madrid, el equipo que domina el palmarés de la Liga de Campeones con sus catorce títulos, se presenta en la final del sábado en Londres (19h00 GMT) como gran favorito ante un Borussia Dortmund con el que pocos contaban al inicio del curso.

Sobre el papel, todo parece decantarse del lado del reciente campeón español en este enfrentamiento ante el quinto clasificado de la liga alemana que acaba de terminar, pero el equipo amarillo se ganó su plaza para Wembley sorprendiendo al París Saint-Germain de Kylian Mbappé en semifinales.

Un especialista en finales

Si algo se le dan bien al Real Madrid son las grandes noches europeas y, sobre todo, las finales.

La última que perdió en el máximo torneo europeo fue en 1981, contra el Liverpool en París. La siguiente a la que llegó fue en 1998, cuando ganó la ansiada ‘Séptima’ que se había hecho esperar más de tres décadas, y en las seis siguientes (2000, 2002, 2014, 2016, 2017, 2018, 2022) también terminó levantando el trofeo.

Pero a pesar del peso de la historia, el Real Madrid rechaza la presión de tener que sentirse favorito.

“No pensamos en ser favoritos. Enfrente habrá un equipo que eliminó a grandes como el Atlético [de Madrid] o el PSG. Vamos a sufrir, luchar y pelear, como en todas las finales”, afirmó el técnico Carlo Ancelotti, que ganó el torneo dos veces como jugador y cuatro como entrenador.

Once años después

Para el Borussia Dortmund, estar en la final de la Champions es algo mucho más extraordinario, ya que será la tercera vez que la dispute en su historia.

Ganó la primera, en 1997 frente a la Juventus, pero perdió la segunda y por ahora última que jugó, la de 2013 ante el Bayern de Múnich en un partido que se disputó precisamente en Wembley, el escenario al que ahora regreso con el objetivo de sacarse aquella espina.

“Nuestro objetivo es llevarnos esta Liga de Campeones. Para eso hay que ganar a los mejores y tendremos delante al club que es el campeón absoluto de la historia del fútbol y especialmente de esta competición”, señaló el entrenador Edin Terzic, que a sus 41 años dirige al club del que fue hincha desde niño.

La clasificación del Dortmund a la final de Champions tiene como paradoja que se consiguió después de la salida del club de superestrellas como Erling Haaland o Jude Bellingham, ese último en las filas ahora precisamente del Real Madrid.

La despedida de Kroos

El principal contratiempo para el Real Madrid camino de la final fue la lesión del francés Aurelien Tchouameni, que viajó con la delegación a Londres, pero no podrá jugar por su problema en el pie izquierdo.

No viajó el jueves con el resto a la capital británica el arquero ucraniano Andriy Lunin, con un proceso gripal, que se unirá a la concentración el sábado para no contagiar a ningún compañero antes del ‘Día D’.

Pero un nombre destaca sobre el resto por tratarse de su último partido en el fútbol de clubes, el del alemán Toni Kroos, que se despide del Real Madrid con este partido.

Podría llevarse un sexto título en la Liga de Campeones, los mismos que sumarían sus compañeros madridistas Luka Modric, Dani Carvajal y Nacho Fernández. Con ello igualarían el récord del mítico Paco Gento.

Reto organizativo

En el aspecto organizativo, el reto está en evitar cualquier incidente que dañe la imagen del evento.

La UEFA ya tuvo que enfrentarse a imágenes difíciles de digerir en Wembley con motivo de la final de la Eurocopa en 2021, cuando hubo enfrentamientos violentos e hinchas sin entrada que forzaron las puertas para intentar entrar.

“Aprendimos la lección y hemos implementado medidas adicionales”, aseguró esta semana uno de los responsables de la Federación Inglesa de Fútbol, Chris Bryant.

La última final de Champions que jugó el Real Madrid, la de París en 2022, se vio marcada también por desórdenes en los accesos al estadio, el bloqueo de hinchas que no podían entrar al partido y escenas de caos que dieron la vuelta al mundo y obligaron incluso a retrasar la hora de inicio del partido.

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