Vivimos una “pandemia narcisista” en todos los ámbitos, desde la política hasta la pareja, que se expande como un virus alentado por las redes sociales y que lleva a la destrucción del individuo y de la sociedad poniendo en cuestión algunas democracias. “El narcisismo es una amenaza” y es necesario conocerlo para combatirlo, afirma la psiquiatra Maribel Rodríguez.

“Liberémonos del narcisismo” (editorial Serenditipy) es el “manual de supervivencia” que esta doctora acaba de publicar para desenmascarar al narcisismo, en especial al narcisismo patológico, el denominado trastorno narcisista de la personalidad.

En una entrevista con EFEsalud, explica que todos tenemos algunas conductas narcisistas, “pero una cosa es tener una parcela narcisista y otra un latifundio”.

La psiquiatra, también profesora en la Universidad Internacional de La Rioja, atiende en consulta a víctimas del narcisismo que presentan daños psicológicos y nos ofrece las pautas para detectar a esas personas que, como en el mito de Narciso, solo están enamorados de sí mismos.

¿Cómo es un narcisista patológico?

Es alguien que vive desde la arrogancia y la vanidad, que considera que tiene derecho a todo y que está por encima de los demás. No tiene capacidad de empatía, es intolerante a la crítica y ve a los demás como objetos.

Afirma que todos tenemos una parcela narcisista

Es normal que todos tengamos algo de narcisismo, pero no es lo mismo tener una parcela que un latifundio.

Cuando alguien tiene alguna actitud en un momento de inseguridad, de querer llamar la atención, se está expresando desde su parcela narcisista. Pero el narcisista patológico vive poseído por esa dimensión narcisista y siempre actúa así.

En general, salvo que haya una capacidad introspectiva de auto-observación, no somos muy conscientes de esa parcela narcisista.

Asegura que ahora vivimos una pandemia de narcisismo. ¿A qué se debe?

Por un lado, se habla del retroceso de la autoridad, es decir, lo que antes ponía límites a los niños y adolescentes se ha perdido. Y entonces, esa parte del narcisismo que es inherente a la condición humana, se expande porque no ve barreras y el niño que ha sido sobreprotegido, mimado y endiosado puede actuar desde un individualismo extremo e ir transmitiendo ese virus.

Pero también el otro extremo, los padres que no dejan que sus hijos sean niños, que les exigen demasiado. Este es un narcisismo vulnerable, el de la persona que ha tenido que forzar su personalidad porque no ha sido aceptada como es.

Y las redes sociales contribuyen

Las redes sociales son mecanismos de transmisión del virus. Los narcisistas están más visibles que nunca porque su capacidad de seducción encuentra en ellas una plataforma de expansión. Se habla de influencers del narcisismo que estimulan a personas más inseguras, como los adolescentes, a imitarles porque creen que eso es la prosperidad, la felicidad…

¿Con qué cartas juega un narcisista?

La seducción, por ejemplo. Puede iniciarse con el bombardeo amoroso que consiste en exagerar nuestras capacidades y logros para bajar nuestras defensas. Se hacen pasar por tu alma gemela, es decir, te escanean y después simulan que les gusta lo mismo que a ti, hacen una especie de imitación camaleónica para que te sientas en un espacio seguro. Entonces, de entrada, vamos a ver mucha amabilidad, mucha perfección… Las personas demasiado perfectas deberían ponernos un poquito en guardia.

Otra arma que utilizan es pasar de ese bombardeo amoroso a la desconexión súbita, a una reacción de ira desproporcionada por un pequeño detalle. Y nos genera desconcierto y sentimiento de culpa: si esa persona tan maravillosa se enfada, algo habré hecho mal. Son hábiles en darle la vuelta a la tortilla. O de repente dejan de contestar a los mensajes y si te quejas, tú eres una exagerada, una histérica, una dependiente.

Alterna la inundación de amor con la desconexión, es como una montaña rusa que paradójicamente engancha. ¿Por qué no vuelve otra vez esta versión buena? Así capta más tu atención, haciendo esas alternancias, es lo que se llama refuerzo intermitente.

¿El narcisismo se da más en hombres que en mujeres?

En Psiquiatría hace décadas que se ha dicho que se da más en hombres, pero en los últimos tiempos estamos viendo que lo que se da más en hombres es el narcisismo grandioso, quizás por los roles de género masculino de llamar la atención, de manifestar el poder, el éxito, de ser más proactivos. Pero en los estudios más recientes se pone de manifiesto que también es relativamente frecuente en la mujer al mismo nivel, pero de una manera más larvada, soterrada, encubierta, indirecta…pero no por eso menos destructivo o menos manipulativo. También hay mujeres exhibicionistas en las redes sociales.

¿Cómo nos protegemos del narcisismo?

Lo primero es informarnos para saber cómo funciona y para descubrir sus trucos. Es como con los trucos de magia, cuando sabemos la trampa, ya no nos hacen el mismo efecto. Entonces, cuando conocemos las estrategias del narcisista, conocido uno, conocidos todos porque tienden a jugar con las mismas cartas.

Lo segundo es saber responder de una manera firme con una autoestima sana. El narcisista se aprovecha de nuestra parcela narcisista, que parte de la inseguridad, y la aprovecha para seducirnos: eres la mejor, la más guapa. Y eso hace bajar las defensas. Cuando sabemos que esa es una estrategia narcisista es más difícil que alguien que nos bombardee amorosamente nos capte.

Saber poner límites con asertividad. Hacer de piedra gris o poner cara de póker, es decir, no reaccionar emocionalmente ni a la adulación ni a la descalificación. Y eso al narcisista le desarma porque ve que no tiene poder sobre ti. Son ejemplos de cómo podemos defendernos desde el autoconocimiento y la autoestima para que no nos puedan manipular.

¿Qué daños causa el maltrato narcisista?

En el ámbito clínico, cuando atendemos a personas que han sufrido un maltrato narcisista vemos anulación de su identidad, de no saber muy claramente quiénes son, como que han perdido su fuerza, que han perdido sus gustos, sus aficiones. Y es como se sintieran como una especie de fantasma, como si se hubieran quedado sin vida propia. Y suelen tener síntomas de ansiedad, de depresión, somatizaciones, miedos irracionales, se vuelven muy desconfiadas también hacia las relaciones interpersonales.

Y los casos más graves tienen un cuadro de estrés postraumático, con pesadillas y experimentación de situaciones muy desagradables, ataques de pánico, y pueden estar en un estado que lleva años de recuperación porque son de alta destructividad, como las sectas más dañinas que existen.

Incluso a veces encontramos a personas que vienen por síntomas de ansiedad, depresión… que no son conscientes de que están así por maltrato narcisista porque a su pareja la tienen idealizada.

¿Cómo actúa el narcisista en la pareja?

El narcisista opera sometiendo a su pareja. De entrada, la va a bombardear de amor con esa primera estrategia de seducción, de alma gemela, y cuando ya ha sido captada en la tela de araña, empezar a machacar de forma sutil, es un gota a gota de machaque de la autoestima en forma de pequeñas críticas, de aumentar sus inseguridades. Por ejemplo, si una mujer se siente gordita, decirle lo bien que le sientan los pantalones a su amiga.

Un maltrato sutil que al final no te deja huellas de golpes o de amenazas de muerte, pero que va consumiendo progresivamente. Pero también lo alternan con dar pena, como cuando dicen que no saben hacerlo mejor porque han tenido una infancia difícil, y hay parejas que siguen ahí para salvar al niño herido y eso alimenta su tiranía.

La política…¿Es una exhibición narcisista?

La política, al ser un ámbito de tanta exhibición y de tanto poder, pues atrae, y los que son inteligentes, consiguen seducirnos y vendernos la moto de cualquier inclinación política.

Han aprendido a seducir y a decir lo que la gente quiere oír y a movilizar las emociones y a sugestionar a personas que son un poco incautas y que a veces se creen inteligentes pero no lo son tanto en la medida que son manipulables. Podemos ver este fenómeno como peligroso y puede poner las democracias en cuestión, no absolutamente, pero sí relativamente.

Quiero decir que si los votos de un político dependen de su actitud carismática y de su capacidad de seducción, vamos a poner un país, una región o cualquier lugar del mundo en mano de personas que seducen con más eficacia, no en manos de buenos políticos, que sean honestos y que encarnen valores humanos.

¿Qué figuras se han estudiado en Psiquiatría?

Napoleón claramente estaba obsesionado con su poder. También Hitler, Nerón… Hay figuras que han tenido un poder desde un ego desmesurado, donde el objetivo de su política era su protagonismo, no el bien del pueblo. En cierto grado, muchos gobernantes han pecado de ese narcisismo egocéntrico, pero los que han llevado a la humanidad a catástrofes más importantes suelen tener más narcisismo patológico, porque todo está girando en torno a ellos, no en torno a su pueblo.

¿Observa narcisismo en la clase política española?

Sí, claro que observo narcisismo y no conozco ningún entorno del mundo donde no observe algún componente de narcisismo. Por prudencia no voy a decir nombres, pero obviamente las confrontaciones extremas, las polarizaciones, los egos personales que se imponen por encima de las necesidades del pueblo ponen de manifiesto que andamos mal de narcisismo en el entorno político.

¿Y en el ámbito internacional?

Vamos a fijarnos sobre todo en estos líderes mundiales donde su personalidad está por encima de las necesidades de su país. Cuando se expresan, les vemos referidos a sí mismos, sin capacidad de diálogo, hablan desde las amenazas, desde las imposiciones y desde creerse en posesión de la verdad, sin capacidad de diálogo.

Y me temo que tenemos unos cuantos dentro de los conflictos internacionales que estamos viviendo. Creo que no hace falta nombrarles para que se les detecta con facilidad.

En el libro dice que el narcisismo es un problema de salud pública y mundial

El narcisismo es una amenaza porque implica que los egos personales y grupales se impongan por encima de los derechos humanos y por encima de la empatía. El narcisista vive para engrandecerse. Y esto supone que va a imponer su visión y su preferencia por encima de la verdad y de las necesidades humanas y va a favorecer la adquisición de poder por encima de quiénes son más vulnerables, tienen menos recursos, menos armas o menos armas psicológicas también, y puede llevar al sometimiento de grupos poblacionales y países enteros desde esa seducción narcisista.

También porque las personas no saben lo que es vivir desde la realidad, la autenticidad, la verdad o el respeto a sus propios derechos. Y entonces eso les hace manipulables. Vivimos un poco como niños inconscientes.

¿Qué mensaje quiere lanzar con “Liberémonos del narcisismo”?

Quiero poner de manifiesto que si no nos damos cuenta tanto de nuestra parcela narcisista como del poder que tienen los narcisistas patológicos, hoy en día estamos abocados a mayores catástrofes, porque la posesión ideológica retroalimenta el narcisismo en el sentido de que da una identidad de superioridad. Las identidades religiosas y nacionalistas extremas están generando egos falsos que impiden entrar en relación con otros y vivir desde la compasión y la empatía.

Detrás de muchos conflictos está ese ego humano que trata de imponerse a otros y que ve sus deseos de poder, sus ambiciones materialistas por encima de los derechos humanos y se justifica hasta en el nombre de Dios el ejercer la violencia, que es una tremenda contradicción que en parte creo que deriva de este narcisismo humano que lleva a la destructividad. Y por eso hay que combatirlo.

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