Los países latinoamericanos afrontan los retos educativos de mejorar la formación académica de su profesorado y minimizar la brecha digital del alumnado, con medidas como mejorar la conectividad tecnológica de los centros y facilitar el acceso a los estudios superiores.

Una treintena de representantes de instituciones públicas y privadas de Latinoamérica y España participan este jueves en Logroño en el ‘II Encuentro líderes iberoamericanos por la educación’, impulsado por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) y la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).

Algunos de los ponentes en estas jornadas, donde se han presentado casos de éxito, han detallado a EFE los desafíos que deben asumir en sus respectivos países, donde se ha “devaluado” la figura de los maestros, por lo que precisan mejorar la formación docente para aumentar su calidad educativa.

Así lo ha planteado Aitor Álvarez, vicedecano de Desarrollo y Organización Académica de la Facultad de Educación de UNIR, quien cree que la universidad debe asumir el “compromiso social” de ayudar a los países a través de la educación, ya que es fundamental para facilitar su desarrollo.

La tecnología ha permitido eliminar “barreras” y, en el caso de UNIR como universidad virtual, posibilita llegar donde no hay sedes universitarias con estudios presenciales, lo que ha permitido “democratizar” las enseñanzas superiores.

 Medellín, Distrito de Innovación

El secretario de Educación de Medellín (Colombia), Luis Guillermo Patiño, ha precisado que, tras la pandemia, ha aumentado el abandono escolar en su región, con 15 millones de niños y jóvenes que no van a la escuela, lo que les supone estar expuestos a situaciones de violencia, explotación laboral y sexual, droga, embarazos no deseados y captación por grupos criminales.

Además, ha añadido, la población colombiana tiene el problema de la brecha digital, ya que el 48 por ciento de la población no tiene acceso a internet y muchos de los niños carecen de ordenadores en sus casas.

Para solucionar esta falta de conectividad y mejorar la inclusión digital, Medellín es una de las sedes para la cuarta revolución industrial del Foro Económico Mundial y proyecta convertirse en epicentro de la inteligencia artificial para América Latina, con entidades como el Distrito Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Patiño ha indicado que la ciudad ha planteado transformar más de 420 centros educativos en ‘Escuelas inteligentes’, dotadas de conexión a internet para sus alumnos y el resto de la comunidad, para lo que se prevé la renovación de todos los equipamientos tecnológicos.

En este proceso se formará también a más de 60.000 ciudadanos en habilidades digitales, inteligencia artificial, desarrollo de software y, en la escuela, se enseñará pensamiento matemático y computacional a los niños de primaria y para los jóvenes de bachillerato habrá una formación especial en códigos e industrias creativas, como parte del modelo de desarrollo y la gran apuesta económica de la ciudad.

El valor de las emociones

El ministro de Educación de la provincia de Tierra del Fuego (Argentina), Pablo López Silva, ha indicado que se ha iniciado un “camino de transformación educativa” a través de la “escucha activa” de sus estudiantes y el aprendizaje a través de las emociones, con el objetivo de conseguir una sociedad “más equitativa y justa”.

El objetivo es aportar herramientas a los alumnos para que, al acabar secundaria, les sea más fácil encontrar su proyecto de vida y “fortalecerlo” a través de las emociones, ha dicho.

La situación económica de su país ha obligado a reducir algunos de los servicios educativos, como la conectividad de los centros, cuya financiación de 120.000 dólares mensuales ha eliminado el Gobierno central, pero ha sido asumida por la provincial, porque consideran fundamental contar con tecnología y equipamientos informáticos.

“Desprestigio” docente en Uruguay

Romina Parodi, coordinadora de formación y educación del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay, ha explicado que en su país hay cierto “desprestigio” hacía los profesionales docentes, por lo que se ha impulsado una reforma educativa para que las maestrías cuenten con reconocimiento universitario, ya que son una carrera terciaria.

“Los estudiantes de secundaria con las mejores tienden a elegir a otras carreras al margen de la educación, por lo que se quiere revalorizar esta profesión”, ha resaltado.

En Uruguay la universidad es muy centralista, ya que la gran mayoría de carreras se imparten en Montevideo, por lo que la tecnología es una oportunidad para acercar los estudios superiores a alumnos de todo el país y, especialmente, a trabajadores en activo que quieren mejorar su formación. 

EFE

Publicidad