En la oración dominical del Ángelus el Santo Padre reflexionó sobre el “descanso y oración”, comentando el evangelio del XVI Domingo del Tiempo Ordinario. Denunciando la “injusticia social” de la “dictadura del hacer” que obliga a los padres a sacrificar el compartir familiar para buscar el alimento diario.
“El Evangelio de la liturgia de hoy (Mc 6,30-34) narra que los apóstoles, regresando de la misión, se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho; entonces Él les dijo: “Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco» (v. 31)”, así recuerda el Papa Francisco el pasaje bíblico en su reflexión antes de la oración del Ángeles este domingo 21 de julio en la Plaza de San Pedro.
“La gente entiende sus movimientos y, al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, y estuvo enseñándoles largo rato (cfr v. 34)”.
Descanso y oración
El Papa Francisco centró su reflexión sobre: “descanso y oración”. Destacando que Jesús mostró su preocupación por el cansancio de sus discípulos: “Quizás está intuyendo un peligro que puede incumbir también en nuestra vida y nuestro apostolado”.
Y señala como ejemplo el “entusiasmo en el llevar adelante la misión, o el trabajo, así como el papel y las tareas que nos son confiadas nos hacen víctimas del activismo, tan preocupados por las cosas que hacer y por los resultados. Y entonces ocurre que nos agitamos y perdemos de vista lo esencial, arriesgando acabar con nuestras energías y caer en el cansancio del cuerpo y del espíritu”, dijo.
Por lo que advierte el Santo Padre que ante una “sociedad a menudo prisionera de la prisa, pero también para la Iglesia y para el servicio pastoral: ¡estemos atentos a la dictadura del hacer!”.
“En las familias, padre y madre deberían tener tiempo para compartir con sus hijos”
Injusticia social
“Y esto puede ocurrir por necesidad, incluso en las familias, cuando, por ejemplo, el padre, para ganarse el pan, se ve obligado a ausentarse para trabajar, teniendo así que sacrificar tiempo para la familia. A menudo se van temprano por la mañana, cuando los niños aún duermen, y vuelven tarde por la noche, cuando ya están en la cama. Y esto es una injusticia social. En las familias, padre y madre deberían tener tiempo para compartir con sus hijos, para hacer crecer ese amor familiar y no caer en la dictadura del hacer. Pensemos qué podemos hacer para ayudar a las personas que se ven obligadas a vivir así”, expresó el Papa Francisco de manera enfática.
“No es una fuga del mundo”
Sin embargo, indica que “el descanso propuesto por Jesús no es una fuga del mundo, un retirarse en el bienestar personal; por el contrario, frente a la gente confundida Él siente compasión”.
“Y entonces del Evangelio aprendemos que estas dos realidades – descanso y compasión – están ligadas: solo si aprendemos a descansar podemos tener compasión”.
Así el Papa sugiere el silencio de la oración para no dejar consumar el corazón por el ansia del hacer: “es posible tener una mirada de compasión, que sabe reconocer las necesidades del prójimo, solamente si nuestro corazón no está consumado por el ansia del hacer, si sabemos detenernos y, en el silencio de la adoración, recibir la Gracia de Dios”.
El desierto en el ruido
Antes de concluir su reflexión, el Papa invita a preguntarse: “¿sé detenerme durante mis jornadas? ¿Sé tomarme un momento para estar conmigo mismo y con el Señor, o estoy siempre sumido en la prisa de las cosas por hacer? ¿Sabemos encontrar un poco de “desierto” interior en medio del ruido y a las actividades de cada día?”.
“Que la Virgen Santa nos ayude a “descansar en el Espíritu” también en medio de todas las actividades cotidianas, y a ser disponibles y compasivos para con los otros”.