El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, afirmó este viernes que no responderá a las preocupaciones planteadas ayer por Margaret Satterthwaite, relatora especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU), respecto a la reforma judicial y acusó que “hay demasiada diplomacia improductiva” en el organismo.
En su conferencia matutina, el presidente López Obrador argumentó que las preocupaciones de la ONU sobre la reforma judicial no deberían tomarse en serio, ya que, según él, México es un país soberano y tiene el derecho de hacer reformas conforme a su Constitución.
López Obrador también cuestionó los intereses de aquellos que critican las reformas, sugiriendo que podrían estar influenciados por oligarquías globales que buscan controlar organismos internacionales. A pesar de las críticas de la ONU, el presidente reafirmó que la reforma judicial es una cuestión interna y que el Legislativo, en cumplimiento con los procedimientos legales, determinará su validez.
Criticó la actuación de la ONU, alegando que muchos conflictos internacionales surgen precisamente, porque estos organismos no abordan los problemas de manera efectiva.
“Hay demasiada diplomacia improductiva en la ONU y en todos sus organismos, mucho turismo diplomático”, afirmó.
El mandatario enfatizó que la Constitución mexicana otorga al Ejecutivo la facultad de presentar iniciativas de ley para reformar la Constitución, y que el Poder Legislativo es el encargado de aprobar o rechazar tales reformas.
“La Constitución establece que el pueblo tiene el derecho de cambiar la forma de su gobierno. El Ejecutivo y el Legislativo tienen roles definidos en este proceso”, explicó.
En la sesión del jueves, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó cuatro dictámenes a la Constitución propuestas por el Ejecutivo Federal en materia de apoyo a jóvenes, pensiones de retiro, salarios y vivienda.