Salvador Guerrero Chiprés*

El exceso de confianza, la sensación de invulnerabilidad del “a mí no me pasará”, o el ingreso a ese espacio sin las herramientas suficientes para fortalecer la prevención digital han derivado en problema de salud financiera: el fraude.

Aunque es uno de los delitos cibernéticos más extendido, también hay grandes oportunidades de prevenirlo y desactivarlo. Hasta un 70 por ciento de los intentos de estafas fracasan.

Las cifras oficiales revelan un tema de atención central. Según la Condusef, el año pasado recibió 4.9 millones de reclamos relacionados con fraudes a clientes de la banca. Representan 559 cada hora.

Si partimos de los reportes al Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, provenientes de todo el país, respecto a los 7 de cada 10 que quedan en tentativa, podríamos establecer la posibilidad de evadir hasta 390 intentos de fraude cada hora. Y podrían ser más.

De los más de 11 mil ciberdelitos reportados este año a la Línea de Seguridad o Chat de Confianza, 55 5533 5533, el 40 por ciento está relacionado con robo de identidad y phishing, dos de las modalidades del fraude cibernético más comunes en el mundo.

En ambos casos la intención es obtener datos personales de la víctima. El uso de tecnologías avanzadas, como la Inteligencia Artificial, por parte de los delincuentes y la rápida evolución de las técnicas fraudulentas han puesto a los clientes bancarios en una posición vulnerable.

Por medio de correos electrónicos, mensajes de texto, llamadas en apariencia de una institución bancaria confiable o ingeniería social —simulan ser ejecutivos del banco o incluso amigos o familiares en apuros— buscan engañar al usuario para que revele contraseñas, números de tarjetas o códigos de seguridad.

El impacto más evidente es la pérdida de dinero, aunque también merma la confianza en las instituciones bancarias y afecta emocionalmente a quienes lo padecen.

Los reportes al Consejo Ciudadano revelan la necesidad de atención psicológica por estrés, ansiedad o depresión, al saber los datos en manos de ciberdelincuentes y ante la incertidumbre de aquello que podrían realizar con ellos, desde la apertura de cuentas bancarias a nombre del afectado, solicitud de créditos hasta compras a su nombre.

Para protegerse es fundamental no compartir información sensible en respuesta mensajes no solicitados, tener contraseñas robustas —combinación de letras mayúsculas y minúsculas, números y caracteres especiales—, diferentes para cada servicio financiero y cambiarlas regularmente. La autenticación de dos factores, ofrecida por mayoría de los bancos, añade una capa de seguridad.

El fraude puede ser una pandemia digital, en la ciberprevención está la vacuna.

Contacto:

Salvador Guerrero Chiprés es presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.

TW: @guerrerochipres

www.consejociudadanomx.org

Twitter: @elconsejomx

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