Seguir las recomendaciones de prevención del cáncer, emitidas por el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer/Instituto Americano para la Investigación del Cáncer, por parte de las mujeres que han sobrevivido al cáncer de mama demuestra una ligera mejora en su bienestar físico entre 7 y 12 años después del diagnóstico.

Lo pone de manifiesto un nuevo análisis del estudio epidemiológico HEALTH-EpiGEICAM con datos de 406 mujeres supervivientes de cáncer de mama y seguidas una media de diez años desde el diagnóstico.

Este nuevo enfoque del estudio ha sido realizado por investigadores del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y ha sido promovido por el Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama y financiado por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

Los resultados han sido publicados recientemente en la revista The Journal of Nutrition, Health and Aging.

Un seguimiento a largo plazo

Los investigadores recogieron información epidemiológica, clínica, dietética, de actividad física y de calidad de vida en el momento del diagnóstico del cáncer de mama y entre 7 y 12 años después.

Los autores observaron que, en el momento del diagnóstico, cada punto adicional de adherencia a las recomendaciones se asociaba con un aumento de 0,78 puntos en el dominio físico de la calidad de vida, lo que representa una ligera mejoría.

Con respecto al posible efecto del aumento de la adherencia a las recomendaciones a lo largo del tiempo, la salud física de cada mujer superviviente mejoró 0,73 puntos por cada unidad de aumento en dicha adherencia.

Por el contrario, su bienestar mental no se vio afectado por el cumplimiento de las recomendaciones en el momento del diagnóstico, ni por los cambios en la adherencia a lo largo del tiempo.

Las pautas para la prevención del cáncer del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer/Instituto Americano para la Investigación del Cáncer hacen referencia a mantener un peso saludable, hacer actividad física regular, tomar una dieta más saludable limitando los alimentos procesados, la comida rápida, las bebidas azucaradas y el alcohol, no fumar, evitar el sol y apostar por la lactancia materna.

Las conclusiones

Los resultados derivados de este análisis ponen de manifiesto que la adopción de estilos de vida saludables por parte de mujeres supervivientes de cáncer de mama podría contribuir a mejorar ligeramente su calidad de vida física a lo largo del tiempo.

Dado el creciente número de mujeres que sobreviven a este tumor, los autores de este estudio creen que es cada vez más necesario dar a conocer y difundir las citadas recomendaciones, no solo para mejorar su calidad de vida relacionada con la salud, sino también para mejorar el pronóstico del cáncer de mama y de otras patologías que comparten los mismos factores de riesgo.

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