El rey Alfonso XIII de España, bisabuelo del actual monarca Felipe VI, fue el promotor del cine porno en España en los años veinte del siglo pasado, según diversos estudios realizados por historiadores y expertos sobre esta cuestión.
A pesar de haberse educado en la moral puritana de la época (nació en 1886) y una religiosidad católica estricta, se considera que tenía una actitud laxa en estos asuntos, con decenas de relaciones extramatrimoniales y al menos cinco hijos no reconocidos.
Diversas investigaciones, como las plasmadas en el documental ‘Los Borbones: una familia real’, narran que a través del conde de Romanones, el monarca encargó una serie de películas pornográficas a dos hermanos cineastas, Ricardo y Ramón Baños, dueños de la productora barcelonesa Royal Films.
Se estima que serían alrededor de 70 las producciones que nacieron de ese impulso, si bien en la actualidad solo se conservan tres títulos, fechados entre 1920 y 1926: El confesor, El ministro y Consultorio de señoras, que darían cuenta de los gustos religiosos y políticos del rey.
Esas cintas serían las primeras en un país en el que esa temática estuvo mal vista durante muchas décadas, tanto antes como durante el franquismo, y no fue hasta los años 80 cuando fueron legales.
Se cree que el monarca intervenía tanto en la confección del guion, como en la elección de las actrices que protagonizaban las películas, que eran mujeres prostituidas del barrio chino de Barcelona.
Los tres cortometrajes que se conservan permanecieron ocultos durante alrededor de 70 años, hasta que a principios de la década de los 90 aparecieron misteriosamente en un convento. Después fueron depositadas en la Filmoteca de Valencia, donde fueron restauradas y se conservan en la actualidad.
El 90 % del material de este tipo que se calcula que fue producido por Alfonso XIII se encuentra hoy en día en paradero desconocido y no se sabe si fue destruido en algún momento.