El debate en torno a la reforma judicial continúa y ha llegado a un punto álgido con el reciente rechazo del proyecto de la ministra Yasmín Esquivel Mossa en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Este lunes, con ocho votos en contra y tres a favor, los ministros decidieron no frenar la consulta interna planteada por un grupo de jueces y magistrados sobre la reforma judicial impulsada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. 

Este rechazo tiene implicaciones importantes no solo para el futuro de la reforma, sino también para la relación entre el Poder Judicial y el Ejecutivo, así como para la autonomía de los tribunales en el país. El proyecto de Esquivel buscaba desestimar el trámite de consulta, argumentando que esta podría violar el principio de división de poderes. 

Durante la sesión, la ministra Yasmín Esquivel argumentó que la consulta presentada por los jueces representaba una intromisión en las facultades del Poder Judicial, violando así el principio de autonomía judicial. La ministra señaló que el proceso de elección de nuevos jueces y magistrados, que está en marcha, no debe ser suspendido bajo ninguna circunstancia, a menos que se declare la inconstitucionalidad de la reforma judicial. 

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Esquivel también hizo referencia a una entrevista del ministro Javier Laynez Potisek, quien había señalado que cualquiera de los 11 ministros podía elaborar el proyecto, aunque finalmente el que lo haría sería el de la mayoría. Esquivel insistió en que, si se analizaba el fondo de la consulta, solo podría suspenderse el proceso en caso de que se determinara la violación de derechos humanos.

La ministra expresó la preocupación de que el proceso de reforma no debía ser paralizado en su totalidad, sino solo en el caso de una eventual resolución sobre la constitucionalidad de la reforma. Sin embargo, la mayoría de los ministros no apoyaron su planteamiento.

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