Las crecientes tensiones geopolíticas y el riesgo de conflictos bélicos han vuelto a poner en el centro de atención al Reloj del Fin del Mundo, un poderoso símbolo diseñado para medir la proximidad de un desastre global provocado por la humanidad.
Este icónico reloj, ajustado anualmente por el Bulletin of the Atomic Scientists, se encuentra hoy en su punto más crítico desde su creación: a solo 90 segundos de la medianoche.
¿Qué es el Reloj del Fin del Mundo?
Creado en 1947 durante la era de la Guerra Fría, el Reloj del Fin del Mundo es una representación simbólica del riesgo de catástrofes globales.
Cabe mencionar que su enfoque inicial era el peligro nuclear, pero con el tiempo se han incorporado otras amenazas, como el cambio climático, el desarrollo de tecnologías peligrosas y la inestabilidad política global.
Por otro lado, cada ajuste del reloj es realizado por un grupo de expertos en consulta con una junta de patrocinadores que incluye destacados científicos, entre ellos 11 premios Nobel.
¿Qué significa que marque las 12:00?
La medianoche en este reloj no indica un momento específico, sino un estado simbólico de desastre total. Si el reloj llegara a esa hora, implicaría que un evento catastrófico, como una guerra nuclear masiva o un cambio climático irreversible, ha ocurrido y amenaza con extinguir la civilización.
Factores que influyen en el reloj
El Reloj del Fin del Mundo se ajusta con base en varios indicadores clave:
- Amenazas nucleares: La proliferación de armas nucleares y conflictos como la guerra entre Rusia y Ucrania representan riesgos significativos.
- Cambio climático: Desde 2007, se incorporó como un factor crucial debido a su impacto irreversible en la habitabilidad del planeta.
- Tecnología y ciberseguridad: Innovaciones como la inteligencia artificial, las armas biológicas y los ataques cibernéticos son cada vez más relevantes en los ajustes del reloj.
- Inestabilidad política global: La tensión entre potencias mundiales y el aumento de conflictos armados incrementan el nivel de alerta.
Con las amenazas nucleares, el cambio climático y las tensiones geopolíticas en ascenso, el Reloj del Fin del Mundo nos recuerda que el futuro de la humanidad está en nuestras manos.