EFE
El filósofo y astrofísico Juan Arnau (Valencia, 1968) propone un cambio de «cultura mental» en su nuevo libro, La meditación soleada (Galaxia Gutenberg), un «correctivo contra la modernidad» que, a su juicio, conduce a un «suicidio colectivo. Nos vamos a derrumbar como civilización, pero hay que hacerlo con alegría», ha dicho en un encuentro con un grupo de periodistas en el que ha señalado que «el imperio angloamericano está en las últimas».
Especialista en filosofías orientales y autor de Manual de filosofía portátil (2014), Arnau considera «positivo» que «el centro del mundo se desplace a China», aunque Europa vaya a perder influencia, y ha lamentado que «todo lo que viene de China está sesgado porque hay muchos intereses».
La meditación soleada es una síntesis del pensamiento de Arnau, que lleva tres décadas estudiando el budismo y traslada esa filosofía oriental a la tradición filosófica europea. «No creo en la conversión pero sí en la interfecundación. Las filosofías orientales pueden ajustar nuestra modernidad, la tradición individualista y puritana de la mentalidad anglosajona que nos domina». Para Arnau, crítico con la «obsesión por la vida interminable» típica de estos tiempos, la principal idea que la filosofía india puede aportar a la tradición europea es que «la eternidad no es un tiempo indefinido que no acaba, sino que tiene más que ver con el ahora».
El libro, que la editorial presenta como una «metafísica de bolsillo», propone una visión del mundo desde el «empirismo radical», que percibe el cosmos como una «mente extendida» y considera la materia «una experiencia mental». Según esa teoría, los cuatro componentes del mundo son percepción, memoria, deseo o intención y lenguaje, que no son fenómenos individuales sino colectivos.
Al contrario que la neurociencia, que considera que la mente es producto del cerebro, el empirismo radical de Arnau plantea que el cerebro es una experiencia mental. El filósofo, que trabaja en un próximo libro sobre experiencias psicodélicas, alerta de que «los grandes problemas que vamos a afrontar como civilización están relacionados con la actividad científica, desde los drones a los misiles, la biotecnología y el cambio climático. Vivimos en el mito de la ciencia, de que la ciencia nos salva, pero hasta que no entendamos que nuestros problemas son resultado de la práctica científica no entenderemos dónde estamos como civilización«. Arnau cita el caso de la reciente pandemia de covid, que «muy probablemente» se inició en un laboratorio de Wuhan —los científicos no lo han descartado— , un tema que «sigue siendo tabú».